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El Mundo

2022 se convierte en “el año de las ejecuciones chapuceras” en EE.UU., dice un informe

Los investigadores del DPIC afirman que, por octavo año consecutivo, menos de 30 personas fueron ejecutadas y menos de 50 condenadas a muerte, lo que supone que la media quinquenal de nuevas sentencias a la pena máxima es la más baja en más de 50 años y que la tasa de ejecuciones es la mínima de los últimos 30 años.

Redacción Telenoticias • December 17, 2022 5:50 pm
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Mientras que el número de condenas a muerte en EE.UU. disminuye significativamente, más de un tercio de los intentos de llevar a cabo ejecuciones en 2022 fueron “chapuceras”, reza un nuevo informe anual del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés) publicado este viernes.

Los investigadores del DPIC afirman que, por octavo año consecutivo, menos de 30 personas fueron ejecutadas y menos de 50 condenadas a muerte, lo que supone que la media quinquenal de nuevas sentencias a la pena máxima es la más baja en más de 50 años y que la tasa de ejecuciones es la mínima de los últimos 30 años. Sin embargo, expresan sus preocupaciones sobre el elevado número de casos fallidos en los estados en los que la pena capital sigue vigente, y califican el 2022 como el “año de las ejecuciones chapuceras”.

“Siete de los 20 intentos de ejecución fueron visiblemente problemáticos, un asombroso 35%, como consecuencia de la incompetencia de los ejecutores, de fallos en el seguimiento de los protocolos o defectos en los propios protocolos”, aseguran, señalando que, aunque las autoridades locales “persistieron en mantener en secreto el proceso de ejecución”, lo que mostraron las autopsias o los casos fallidos, “fue estremecedor”.

Así, según los testigos, se produjeron serios fallos en las tres ejecuciones llevadas a cabo en el estado de Arizona, incluido “el espectáculo ‘surrealista’ en el que un hombre ayudaba a sus ejecutores a encontrar una vena en la que iban a inyectarle los productos químicos letales”. En Alabama se necesitaron tres horas para instalar una intravenosa antes de ejecutar a un preso, lo que, según el informe, la convirtió en la ejecución por inyección letal más chapucera de la historia estadounidense. Además, otra que se debía realizar en Tennessee fue suspendida cuando, poco antes de que se llevara a cabo, el gobernador del estado se enteró de que el equipo de ejecución no había comprobado los productos químicos para detectar impurezas y contaminación. También canceló todas las ejecuciones pendientes y ordenó una revisión del proceso.

El informe destaca que, aunque el año que viene será el 50 aniversario del sistema moderno de pena de muerte, todavía persisten la arbitrariedad y la falta de fiabilidad, por lo que la medida es utilizada regularmente solo por unos pocos estados que decretan y llevan a cabo ejecuciones “sin tener debidamente en cuenta los derechos humanos, la transparencia, la imparcialidad o incluso su propia capacidad para llevarlas a cabo con éxito”.