5 trucos para hacer una buena maleta de Semana Santa
En un sector aparte irá la ropa interior, el pijama y otros utensilios que sean necesarios. Si es posible, esta ropa se colocará en algún bolsillo de la cubierta de la maleta.
El consejo para hacer una buena maleta de Semana Santa es priorizar lo imprescindible haciendo una lista realista según el destino y la duración. Además de aprovechar cada espacio de nuestro equipaje, también es de lo más importante que sea ligero y nada pesado. “Utiliza esas muestras que llevas acumulando tiempo y úsalas ahora o utiliza recargables para los productos de higiene, digitaliza y lleva en el teléfono todo lo que puedas, como libros o entradas.
En cuanto a la moda, opta por unos zapatos neutros y cómodos que sirvan tanto para caminar como para una cena o planifica antes tus looks y evita los ‘por si acaso’ que al final, son lo que más ocupan nuestra maleta”.
- Revisa el clima del destino y planifícate en base a eso. Es de vital importancia saber qué temperatura va a hacer en la localización de tus vacaciones de Semana Santa para saber si puedes llevarte prendas menos calurosas o más de abrigo, así como accesorios para la lluvia (como chubasqueros o paraguas) o para bajar a la playa (toallas, bañadores o chanclas).
- Opta por ropa ligera. Aquí entrarían todo tipo de prendas de entretiempo, como chaquetas impermeables, camisetas básicas de fondo de armario, jerséis finos o gabardinas.
- Elige un par de zapatos comodines que sirvan para todo, tanto para turismo como para cenas. En los viajes de Semana Santa buscamos versatilidad, así como funcionalidad. Por ello, seleccionaremos los calzados más todoterreno que no nos den problemas a la hora de combinar.
- Usar bolsas para organizar las categorías. Además de eliminar ruido visual en nuestra maleta, será mucho más fácil de encontrar aquello que buscamos. Asimismo, estará mejor cuidado para evitar arrugas o, incluso, roturas.
- No te olvides de meter los esenciales de viaje. Con ello, nos queremos referir a cargadores, documentación o mini botiquín. No obstante, sobre todo, no lleves aquello que sabes que finalmente no vas a utilizar.
En esta planificación se debe tener en cuenta la duración del viaje, es decir, cuántos días se pasará fuera de casa. También hay que considerar el tipo de actividades previstas. El momento de la planificación es clave, para que no ocurra el “Ay, me olvidé de…” que puede afectar la comodidad.
Un consejo importante es elegir prendas versátiles y combinables entre sí, que sirvan para diferentes momentos del día. En cuanto al calzado, la recomendación se llevar uno cómodo para caminatas y otro para ocasiones especiales.
Antes de guardar nada, es conveniente preparar todo. Las prendas cortas, como camisas, se colocarán dobladas unas sobre otras. A continuación, se hará lo mismo con las prendas largas.
Primero se ubicarán la en la maleta la pila de prendas largas. La pila de las prendas cortas se colocará encima de la de las largas, que se envolverán con estas. De esta manera se formará un bloque de ropa perfectamente doblada, que impedirá que las prendas se arruguen.
En un sector aparte irá la ropa interior, el pijama y otros utensilios que sean necesarios. Si es posible, esta ropa se colocará en algún bolsillo de la cubierta de la maleta.
Los calcetines, el calzado y otros objetos se distribuirán en los huecos libres. Es conveniente que los zapatos se coloquen en bolsas de nailon. Los productos de higiene irán arriba de todo, en bolsas transparentes con cierre hermético.
Con planificación y orden, el momento de preparar la maleta será distendido y sin complicaciones.