Familias de joven puertorriqueña que murió con la caída de la pared del paso a desnivel de la avenida 27, hoy recibieron la noticia de qué pasó el examen para ser abogada
Un viaje que cambió de color para tornarse negro y dolorosamente inolvidable para quienes quedaron, así fue el de los cuatro puertorriqueños que murieron con la caída de la pared del paso a desnivel de la avenida 27 de febrero con Máximo Gómez.
Santo Domingo:- Un viaje que cambió de color para tornarse negro y dolorosamente inolvidable para quienes quedaron, así fue el de los cuatro puertorriqueños que murieron con la caída de la pared del paso a desnivel de la avenida 27 de febrero con Máximo Gómez.
Bajo esa pesada pared gris quedaron aplastados grandes sueños y vidas que se veían viéndose la cara con el fututo.
Los cuatro eran miembros de una misma familia, una familia que se encuentra fraccionada en cuatro partes a las que deben decirle adiós para siempre, una realidad que aún no aceptan, pues según expresan aún todo le parece una pesadilla.
El grupo había venido a festejar el cumpleaños de Ramón Martines, quien era el padre de la joven embarazada María Nereida Martínez, y esposo de la señora sobreviviente de cancer Awilda Vázquez. También celebrarían el aniversario de María con el joven fiscal Michael Anthony Orozco, y además revelarían el sexo del bebé que esperaban ambos.
Según lo describen, Michael era un joven apasionado a su trabajo como fiscal, junto a María, de quien hoy le dieron la noticia de qué pasó el examen para ser abogada, habían creado una linda relación y siempre hablaban del futuro con entusiasmo.
La señora Awilda venció al cancer en tres ocasiones, según las palabras que con la que describieron era mujer fuerte y de fe. El señor Ramón era otro guerrero, un hombre feliz y amante a su familia.
Para sus parientes la parte más difícil y desgarradora fue tener que reconocer los cuerpos. Expresaron que fue “brutal” con lo que se encontraron y manifestaron tener una pizca de consuelo en que por el estado en que estaban los cuerpos no sufrieron al morir.
Los restos de los cuatro extranjeros fueron enviados hoy a su natal Puerto Rico, en donde serán velados por dos días. Su pariente retornan mañana a la vecina isla en el primer vuelo para poder despedirlos en calor de todos los que los querían.