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El Mundo

Cabras salvan la vida de un hombre que cayó de 40 metros de altura

Internacionales.- Apenas tres horas antes había sufrido una estrepitosa caída de casi 40 metros por un remoto acantilado de Timor Oriental, una nación isleña situada 2.000 km al norte de las costas del norte de Australia. Ahora estaba tirado en el piso de una tupida selva, pidiendo ayuda a gritos, mientras la naturaleza a suContinue reading “Cabras salvan la vida de un hombre que cayó de 40 metros de altura”

Redacción Telenoticias • November 26, 2024 2:25 pm
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Internacionales.- Apenas tres horas antes había sufrido una estrepitosa caída de casi 40 metros por un remoto acantilado de Timor Oriental, una nación isleña situada 2.000 km al norte de las costas del norte de Australia.

Ahora estaba tirado en el piso de una tupida selva, pidiendo ayuda a gritos, mientras la naturaleza a su alrededor le respondía con completa indiferencia.

“Sentía que tenía la camiseta mojada, pero no sabía de dónde venía el líquido”, “Y cuando me toqué la cabeza, sentí como se me había desprendido parte del cuero cabelludo, como una banana pelada”, conto el hombre a un medio.

“Cuando subí los dedos un poco más, sentí un agujero en mi cabeza e inmediatamente pensé: voy a morir”.

Ensangrentado y con los dedos rotos después de su intento por frenar la caída, Segui pasaría 5 días perdido en las profundas selvas de Timor Oriental. Y su rescate sería uno de los más inusuales de todos, liderado por un grupo de cabras salvajes.

Es algo que Morgan Segui vino a descubrir tiempo después de que un grupo de cabras le hubiera salvado la vida en lo más profundo del monte Manucoco.

Durante la tercera noche después de su accidente, Segui se despertó asustado por los ruidos de lo que parecía un animal grande que se acercaba a él.

“Fue después de unos minutos, que me di cuenta que eran cabras. Se acercaron mucho y yo estaba contento porque estaba lleno de ramas y hojas, así que no me verían como humano. Para ellas, simplemente era parte del bosque”.

“La más pequeña me puso la nariz cerca y me miró como diciendo ‘uf estás en mal estado, pero creo que estarás bien’”.

Para la sorpresa de Segui, el grupo de cabras empezó a escalar el risco caminando sobre un delgado camino en zigzag por las rocas, dándole por fin, la solución a su principal problema.