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El País

Una familia tocada por dos tragedias: el Jet Set y explosión de San Cristóbal

http://telenoticias.com.do/wp-content/uploads/voxey/post-164928.mp3 A la familia Heredia le ha tocado dos veces sufrir en sus entrañas las dos peores tragedias que han acontecido recientemente en el p…

Redacción Telenoticias • April 14, 2025 11:39 am
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A la familia Heredia le ha tocado dos veces sufrir en sus entrañas las dos peores tragedias que han acontecido recientemente en el país. Primero fue en San Cristóbal, donde Emmanuel sobrevivió milagrosamente a la explosión ocurrida allí. Ahora le tocó a Sulay, quien, por desgracia, murió en la catástrofe del Jet Set.

Sulay Heredia apareció sin vida cuatro días después del colapso de la discoteca Jet Set, en Santo Domingo. Su familia la buscó con la esperanza que sólo la conocen quienes ya han visto un milagro, como el experimentó hace apenas dos años su hermano Emmanuel Heredia, quien emergió con vida de los restos del Banco Banreservas tras la explosión que dejó sin vida a 42 personas en San Cristóbal.

Fue encontrado cubierto de polvo, pero con el corazón aún palpitando entre las ruinas, y desde entonces, en la casa Heredia, se aprendió a creer en los milagros.

Por eso, cuando se supo del derrumbe del Jet Set, los Heredia se aferraron a la idea de que Sulay también regresaría. “Mi mamá decía que ella aguantaría, porque podía pasar horas sin beber agua. Pero no aguantó. Ese techo la aplastó”, cuenta Lidia Heredia, la hermana mayor, con una entereza y serenidad de aquellas personas que aún no creen su realidad.

El cuerpo de Sulay fue reconocido por un vestido negro y un cintillo rojo en la muñeca. No llevaba documentos. La contusión, calor y la confusión de los primeros días hicieron que no pudiera ser identificada. Pero su familia no se rindió. Buscaron entre cuerpos y nombres equivocados, con la esperanza de encontrarla, viva o muerta, pero un cuerpo al cual pudieran llorar.

Lidia ha vivido dos veces la misma pesadilla: la de no saber donde esta un ser querido, la de recorrer hospitales, morgues, escombros y la de enfrentarse al silencio que sucede durante una conmoción nacional. “Yo aún no lo asimilo. No estoy bien. Estuve viendo cadáveres, y todas las amigas de mi hermana murieron”.