Francisco, la rebeldía pícara frente a su delicada salud y su mantra que lo acompañaron hasta el final
Francisco, el Papa incansable, el Papa valiente, el Papa rebelde. Pocas personas en el mundo a los 88 años, con un pedacito de pulmón derecho menos por una temprana cirugía en la Argentina a los 21 —q…
Francisco, el Papa incansable, el Papa valiente, el Papa rebelde. Pocas personas en el mundo a los 88 años, con un pedacito de pulmón derecho menos por una temprana cirugía en la Argentina a los 21 —que derivó e imprimió a lo largo de su vida un estatus delicado de salud, cuestión que él mismo con picardía y humor siempre minimizó sobre todo para evitar que se usara para impedirle avanzar con su ansiada peregrinación alrededor del mundo. Esto, sumado a complicaciones respiratorias varias, a una reciente operación de colon, y una flamante internación por neumonía bilateral con traqueotomía incluida que lo obligó a dejarse asistir con respirador mecánico. Aun así, pudo brindar una misa tan emotiva y profunda como lo hizo ayer en la Plaza San Pedro con más de 35 mil fieles esperándolo con ansias.
Francisco-Bergoglio era un hombre disponible, siempre intactas sus ganas de estar y de poner el cuerpo, Francisco recorrió ayer en el Papamóvil la casi totalidad de Piazza San Pietro y con un hilito de voz saludó como desde hace 12 años —lo que duró su papado-: ¡BUONA PASQUA per tutti!
En silla de ruedas y sin las cánulas nasales para el oxígeno, Francisco, luego de realizar la tradicional bendición “Urbi et Orbi” hizo un contundente llamamiento por la libertad religiosa como condición indispensable para la paz en el mundo. Dejó bendiciones y sonrió.
“No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”, afirmó el sumo pontífice. Luego almorzó liviano, recibió al vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance y se fue a descansar. Hoy, a las 2:35 hora de Roma, ya las 5 de Argentina, el Vaticano confirmó su muerte.
“¡BUONA PASQUA per tutti!”: el Papa Francisco saluda desde su Papamóvil en una emotiva celebración de Pascua
Un Francisco en su máxima expresión, el Papa jesuita, el Papa incansable, y el que solo pensaba en la gente; y no en él. Al punto que el Señor escuchó su plegaria final: que “la muerte no me encontré inconsciente”. Y eso ocurrió.