El utensilio de cocina que no puede faltar para garantizar la seguridad alimentaria
Mantener los alimentos a la temperatura adecuada en la heladera no es solo una cuestión de frescura, sino también de evitar un episodio que atente contra la seguridad alimentaria. Es por eso que la Ad…
Mantener los alimentos a la temperatura adecuada en la heladera no es solo una cuestión de frescura, sino también de evitar un episodio que atente contra la seguridad alimentaria. Es por eso que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) advierte que los refrigeradores domésticos deben operar a un máximo de 4 °C, con el fin de impedir la generación de bacterias como la Salmonella y la E. coli,responsables de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Este rango de temperatura es clave para mantener los alimentos fuera de la denominada “zona de peligro”, que abarca entre los 4 °C y los 60 °C, donde las bacterias proliferan rápidamente.
De acuerdo con un estudio realizado en 2024 por la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria, Ambiental y Laboral (ANSES), los refrigeradores domésticos en Europa suelen operar a temperaturas superiores a las recomendadas, con un promedio que excede los 5 °C.
Aunque el análisis se centró en hogares europeos, la problemática no es exclusiva de esta región, ya que los refrigeradores en Estados Unidos también pueden presentar temperaturas inadecuadas si no se monitorean correctamente.
La FDA enfatiza que el rango óptimo para un refrigerador doméstico debe situarse entre 1 °C y 2 °C, lo que garantiza una mayor seguridad alimentaria.
El papel de los termómetros en la seguridad alimentaria doméstica
Para garantizar que los refrigeradores funcionen dentro de los parámetros recomendados, la FDA sugiere el uso de termómetros específicos para refrigeradores y congeladores. Estos dispositivos permiten a los usuarios verificar con precisión la temperatura interna de sus electrodomésticos, especialmente durante los meses más cálidos, cuando las altas temperaturas exteriores pueden afectar el rendimiento de los refrigeradores.
Además, evitar el sobrellenado del refrigerador es otra recomendación clave, ya que un exceso de alimentos puede dificultar la circulación del aire frío y comprometer la estabilidad de la temperatura.
Consecuencias de no mantener la temperatura adecuada
El incumplimiento de las recomendaciones de temperatura en los refrigeradores puede tener graves consecuencias. Cuando los alimentos permanecen en la “zona de peligro”, las bacterias patógenas pueden multiplicarse rápidamente, aumentando el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Según la FDA, enfermedades como la salmonelosis y las infecciones por E. coli pueden derivar de alimentos almacenados a temperaturas inadecuadas, lo que subraya la importancia de un control constante.
Además, el desperdicio de alimentos es otra consecuencia directa de no mantener la temperatura adecuada. Ingredientes costosos que se deterioran debido a un almacenamiento incorrecto no solo representan una pérdida económica para los hogares, sino que también contribuyen al problema global del desperdicio de alimentos.
Por ello, el uso de termómetros para refrigeradores no solo protege la salud de las personas, sino que también promueve prácticas más sostenibles en el manejo de los alimentos.
Recomendaciones finales para un almacenamiento seguro
La FDA insiste en que la seguridad alimentaria comienza en el hogar, y mantener el refrigerador en el rango óptimo de temperatura es un paso fundamental.
Además de utilizar termómetros, es importante evitar sobrecargar el refrigerador, ya que esto puede dificultar la circulación del aire frío y provocar fluctuaciones de temperatura. También se recomienda revisar periódicamente el estado de los alimentos almacenados y desechar aquellos que presenten signos de deterioro.