A un mes del colapso, el espectáculo busca renacer
El siniestro ocurrido el 8 de abril no solo cobró la vida de decenas de personas, sino que dejó una profunda huella en el ámbito cultural del país. Entre los fallecidos se encuentran figuras destacada…
Por Viana Cambrely Alcántara
Santo Domingo, RD — A un mes del trágico colapso del techo en la discoteca Jet Set, la industria del entretenimiento dominicano continúa en duelo, pero también en proceso de reflexión y transformación.
El siniestro ocurrido el 8 de abril no solo cobró la vida de decenas de personas, sino que dejó una profunda huella en el ámbito cultural del país. Entre los fallecidos se encuentran figuras destacadas como el legendario merenguero Rubby Pérez , su saxofonista Luis Solís y el reconocido diseñador de moda Martín Polanco .
Durante más de cuatro décadas, el Jet Set fue un símbolo de la vida nocturna dominicana y un escenario emblemático donde la música tropical se vivía cada lunes con intensidad. Hoy, artistas y trabajadores del espectáculo se enfrentan al desafío de sobreponerse a una tragedia que cambió su panorama emocional y profesional.
“Subirse a un escenario ya no se siente igual”, confesó el cantautor Pavel Núñez , al hablar sobre el impacto emocional que ha generado el evento entre sus colegas.
El merenguero Silvio Mora también expresó que muchos en el gremio han comenzado a evaluar con más rigor los aspectos relacionados a seguridad en los lugares donde se presentan.
Tras el colapso, varios eventos musicales, teatrales y cinematográficos fueron cancelados o pospuestos. En ese contexto, músicos que acompañaban a Rubby Pérez han compartido cómo viven el duelo colectivo, resaltando no solo la pérdida de un líder artístico, sino también de un ser humano invaluable.
Asimismo, diseñadores, bailarines y otros artistas han manifestado la necesidad urgente de revisar las condiciones de los espacios donde se presenta el arte, así como establecer protocolos más estrictos para proteger tanto a los artistas como al público.
El colapso del Jet Set dejó más que escombros: dejó una herida abierta en la memoria cultural del país. Sin embargo, a pesar del dolor, el sector artístico comienza a hablar de reconstrucción, seguridad, y del deber de preservar el arte… sin que cueste más vidas.