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Economía

Ganar en pesos, vivir en dólares: el nuevo desafío silencioso de las finanzas personales

Además, presupuestar sin tener en cuenta la variabilidad cambiaria puede causar desfases mensuales. El gasto en dólares es más traicionero, porque muchas personas olvidan “traducirlo” a pesos antes de…

Nicole Paola Rodríguez Peralta • May 25, 2025 4:00 pm
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En República Dominicana estamos viviendo una transformación silenciosa en nuestra economía personal: ganamos en pesos, pero cada vez gastamos más en dólares. Y no se trata solo de viajes o artículos de lujo, sino de gastos cotidianos que afectan directamente la estabilidad financiera de miles de hogares.

Una dolarización informal que pesa

Aunque el país no ha adoptado el dólar como moneda oficial, la economía real se comporta como si lo hubiese hecho en múltiples sectores. El alquiler de propiedades en zonas urbanas, la importación de vehículos, la educación superior, servicios médicos especializados, e incluso productos tecnológicos o suscripciones digitales, se cotizan y cobran en dólares.

Esto provoca una desconexión peligrosa: los ingresos fijos siguen en pesos dominicanos, pero los compromisos mensuales se anclan a una moneda extranjera que no solo es más fuerte, sino que también fluctúa. En momentos de devaluación del peso o aumentos del tipo de cambio, el presupuesto familiar se resiente y surgen problemas de liquidez.

La trampa del estilo de vida dolarizado

Para muchas personas, la adopción del dólar en su estilo de vida es gradual y casi imperceptible. Empieza con una renta en dólares por “ubicación y seguridad”, luego llega el vehículo importado, el celular de última generación, la mensualidad de Netflix, el iCloud, el curso online en Udemy, el plan de viaje pagado en cuotas…

No se trata solo de lo que compramos, sino de cómo asumimos que debemos vivir. Lo aspiracional, lo moderno, lo eficiente… todo parece costar en dólares. Y mientras tanto, los salarios permanecen en pesos y muchas veces no se ajustan al ritmo inflacionario ni a la presión del mercado global.

Riesgos financieros concretos

Uno de los errores más frecuentes es adquirir deudas en dólares sin tener ingresos en esa moneda. Al principio parece manejable, pero un aumento inesperado del tipo de cambio puede duplicar las cuotas mensuales en pesos, generando una presión insostenible.

Además, presupuestar sin tener en cuenta la variabilidad cambiaria puede causar desfases mensuales. El gasto en dólares es más traicionero, porque muchas personas olvidan “traducirlo” a pesos antes de tomar decisiones.

¿Cómo responder a esta nueva realidad?

  1. Reconoce tu nivel de exposición al dólar. Revisa cuántos de tus gastos recurrentes están dolarizados (alquiler, suscripciones, tarjetas internacionales, etc.).
  2. Crea un fondo en dólares. Si tus compromisos mensuales o metas a mediano plazo están en esa moneda, comienza a ahorrar directamente en USD para protegerte del tipo de cambio.
  3. Diversifica tus ingresos. Explora alternativas para generar ingresos adicionales en dólares: trabajo remoto, servicios freelance, productos digitales, remesas, inversiones.
  4. Ajusta tu presupuesto. No conviertas automáticamente tu estilo de vida a un modelo dolarizado solo por moda o presión social. Evalúa si realmente puedes sostenerlo.
  5. Nunca tomes deudas en dólares si no generas ingresos en dólares. Esto no es una regla financiera conservadora, es una medida de protección ante la volatilidad.

Una mentalidad adaptativa, no reactiva

Aceptar esta realidad no significa rendirse ante ella. Se trata de entender que la economía global nos impacta, y que vivir “como si ganáramos en dólares” cuando realmente no es así, solo alimenta la frustración, el sobreendeudamiento y la ansiedad financiera.

Hoy más que nunca, nuestras decisiones deben estar alineadas con la verdad de nuestras finanzas. No con las tendencias del mercado. No con la presión de las redes sociales. Ni con la ilusión de que un préstamo en dólares es una oportunidad sin consecuencias.

El reto no es dejar de soñar en grande, sino aprender a construir esos sueños desde una base sólida, consciente y responsable.