Cómo transformar el router en un servidor personal sin gastar dinero adicional
En la mayoría de los hogares, el router WiFi es uno de los dispositivos más importantes. Gestiona todas las conexiones digitales que sostienen el trabajo remoto, las clases en línea, el entretenimient…
En la mayoría de los hogares, el router WiFi es uno de los dispositivos más importantes. Gestiona todas las conexiones digitales que sostienen el trabajo remoto, las clases en línea, el entretenimiento por streaming y las videollamadas familiares.
Sin embargo, a pesar de su papel esencial, sigue siendo uno de los equipos más subestimados. Muchos usuarios suelen pasan por alto el pequeño puerto USB ubicado en la parte trasera del router.
Para muchos, apenas si tiene sentido. No parece gran cosa. Sin embargo, ese conector discreto puede desbloquear un conjunto de funciones que convierten al router en una herramienta mucho más potente y versátil, sin necesidad de añadir nuevos equipos ni realizar inversiones adicionales.
Un conector con múltiples posibilidades
El puerto USB de un router, dependiendo del modelo y del fabricante, permite conectar discos duros, memorias flash o impresoras. A simple vista, suena como una extensión limitada. Pero al integrarlo con las funciones de red, el router se transforma en un centro de control capaz de ejecutar tareas útiles, automatizar procesos y facilitar el acceso a datos desde cualquier lugar.
Una de las funciones más destacadas es la posibilidad de gestionar descargas directas. Algunos modelos permiten iniciar descargas desde enlaces o archivos torrent directamente desde la interfaz del router.
Basta con copiar el enlace desde el móvil o el navegador y el router se encarga de descargar el archivo al dispositivo USB, sin necesidad de mantener encendido un ordenador.