Kourtney Kardashian recordó la vez que fue golpeada en una fiesta organizada por Sean ‘Diddy’ Combs
En medio del escándalo judicial que envuelve a Sean “Diddy” Combs por una serie de acusaciones de tráfico sexual, violación y abuso, un antiguo episodio vivido por Kourtney Kardashian ha resurgido en …
En medio del escándalo judicial que envuelve a Sean “Diddy” Combs por una serie de acusaciones de tráfico sexual, violación y abuso, un antiguo episodio vivido por Kourtney Kardashian ha resurgido en las redes sociales.
Según contó la propia estrella de Keeping Up With The Kardashians, en una ocasión llegó a ser golpeada en la cara mientras disfrutaba una de las fiestas privadas del rapero a principios de los años 2000.
El incidente fue revelado por Kourtney en un episodio de 2016 del programa Kocktails with Khloé, que ha vuelto a viralizarse en redes sociales tras el inicio del juicio federal contra Combs.
El hecho ocurrió en Nueva York y tomó por sorpresa a la hermana de Kim Kardashian. “Me golpearon en la cara porque estaba esperando en la fila para el baño en TAO (un club nocturno), que Diddy había rentado por completo. Era para su cumpleaños”, relató Kourtney, quien tenía 22 años al momento de la agresión.
Según contó, mientras hacía fila para entrar al baño, una mujer se le adelantó. “Le dije: ‘Disculpa, yo estoy antes’, y ella simplemente fue y ¡boom!, directo a la cara”, recordó.
En la escena también estaban presentes su hermana Khloé Kardashian y Kylie Jenner, quienes reaccionaron con sorpresa. Diddy, invitado en ese episodio del programa, pareció no recordar el incidente, pero comentó: “Recuerdo que alguien fue golpeado en la fiesta”.
Kourtney agregó que tras la agresión, se encerró en uno de los cubículos del baño y rompió en llanto. “Nadie estaba conmigo, estaba sola”, contó. Khloé intentó buscar a la agresora más tarde, pero no logró encontrarla.
Las fiestas del ‘rey de la noche’
Durante décadas, las fiestas organizadas por Diddy fueron símbolo de exceso, poder y fama. Desde finales de los años noventa y hasta bien entrados los 2000, eran consideradas las más codiciadas por celebridades de todos los ámbitos.
“Cuando Diddy te guiñaba el ojo y te decía ‘ven al VIP’, sabías que ibas a pasar una gran noche”, dijo Rob Shuter, expublicista del magnate y productor, en una entrevista con la BBC en 2024.
Con listas de invitados que incluían a Justin Bieber, Mariah Carey, Paris Hilton y Jennifer Lopez, los eventos de Combs —como las icónicas White Parties celebradas en Los Hamptons y Beverly Hills— eran el epicentro del glamour y la ostentación. Sin embargo, detrás de esa fachada de lujo, comenzaron a difundirse relatos oscuros sobre el personaje que dominaba la escena nocturna musical.
Freak-Offs: sexo, drogas y violencia
El panorama para Diddy cambió radicalmente desde su arresto en septiembre de 2024. Acusado por el Departamento de Justicia de los EE. UU. de tráfico sexual, conspiración para el crimen organizado y transporte con fines de prostitución, el rapero enfrenta también más de una docena de demandas civiles por abuso sexual y coerción.
Uno de los aspectos más perturbadores del caso son las denominadas Freak-Offs, fiestas sexuales privadas, organizadas presuntamente por Combs en habitaciones de hotel en Nueva York y Los Ángeles.
Según la acusación federal, estos eventos duraban varios días, involucraban drogas como ketamina y cocaína, y eran grabados con equipo de filmación profesional. Los documentos indican que las víctimas eran “coaccionadas con drogas y amenazas para permanecer obedientes y sumisas” y que muchas terminaban con heridas físicas y emocionales.
Durante los operativos en sus propiedades de Los Ángeles y Miami, las autoridades incautaron rifles tipo AR-15, grandes cantidades de lubricantes, ropa interior y artículos sospechosos, según reportó BBC News.
Mientras el juicio federal continúa en Brooklyn, el artista permanece detenido en el Metropolitan Detention Center, luego de que el juez Arun Subramanian le negara la libertad bajo fianza en cuatro ocasiones. Su abogado, Marc Agnifilo, sostiene que las acusaciones son injustas. La defensa argumenta que todas las prácticas de Combs fueron consensuadas.