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Bienestar Y Vida

Alcohol y pastillas a edades cada vez más tempranas: cuáles son los riesgos de adicción, según los expertos

El consumo de alcohol en niños y adolescentes no sólo es preocupante por los daños que provoca en el organismo y la salud mental en desarrollo, también es peligroso porque puede abrir la puerta a la e…

Redacción Telenoticias • May 23, 2025 8:55 am
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El consumo de alcohol en niños y adolescentes no sólo es preocupante por los daños que provoca en el organismo y la salud mental en desarrollo, también es peligroso porque puede abrir la puerta a la exploración con otras drogas, sintéticas o no, que representan riesgos graves.

La ingesta de estas sustancias a edades tempranas afecta el desarrollo neurológico, incrementa el riesgo de problemas hepáticos y cardiovasculares, llevando incluso a situaciones críticas como el coma alcohólico.

Un reciente informe del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Provincia de Buenos Aires reveló datos preocupantes sobre el inicio del consumo de bebidas alcohólicas a edades cada vez más tempranas. Según el estudio, siete de cada diez adolescentes bonaerenses comienzan a experimentar con el alcohol antes de cumplir los 15 años.

Esta situación se agrava con una preocupante tendencia: el 12% de los adolescentes inicia el consumo de bebidas alcohólicas antes de los 12 años. Las estadísticas indican que casi el 90% de los menores de 15 años bebieron alcohol al menos una vez, y seis de cada diez lo hicieron en el último mes.

Walter Martello, defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, quien participó en la elaboración del estudio, destacó que la tolerancia y permisividad de las familias contribuyen a esta situación, indicando que muchos padres permiten el consumo de alcohol en sus hogares a modo de encuentro familiar, lo cual se intensificó desde el periodo de pandemia. Según él, el descontrol también se observa en eventos y fiestas clandestinas, donde los menores tienen acceso fácil al alcohol.

El estudio también hizo visibles cambios en las preferencias de consumo entre los jóvenes.

Mientras que anteriormente la cerveza era la bebida alcohólica predominante entre los adolescentes, ahora se observa una inclinación hacia bebidas de mayor graduación alcohólica, como el fernet, el vodka y el gin.

Martello atribuye este cambio de patrones al aumento de componentes saborizados en las bebidas, que hacen más atractivos estos productos a los jóvenes, potenciando la peligrosidad del consumo en esa franja etaria.

El impacto del consumo en el desarrollo cerebral y la salud física

El 70% de los adolescentesEl 70% de los adolescentes bonaerenses consumió alcohol antes de los 15 años, según un estudio (Imagen Ilustrativa Infobae)

El consumo de alcohol en adolescentes no sólo es alarmante como hábito que se instala cada vez a más cortas edades, sino también por sus implicaciones para el desarrollo neurocognitivo y la salud física de los jóvenes.

Consultado por Infobae, el médico toxicólogo, profesor de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y presidente de Fundartox, Carlos Damin (MN 81870), advirtió que el cerebro de un adolescente está en una fase crucial de desarrollo, la cual culmina entre los 20 y 21 años.

Según el especialista, “la ingesta de alcohol en esta etapa interfiere en la intercomunicación neuronal, produciendo un potencial deterioro neurocognitivo a largo plazo. Esto se traduce en un impacto directo sobre la inteligencia y las capacidades cognitivas del individuo”.

Por su parte, la médica psiquiatra y experta en adicciones Geraldine Peronace (MN 110.541) añadió que el fenómeno del binge drinking —caracterizado por el consumo masivo de alcohol en poco tiempo— agrava aún más la situación. Este patrón de ingesta se traduce en una absorción rápida y en altas concentraciones de alcohol en el organismo, buscando un “golpe” fuerte e inmediato.

Peronace destacó al respecto que las investigaciones recientes muestran que “los efectos en el cerebro de jóvenes con estos hábitos son comparables a los observados en individuos con adicciones sostenidas”, lo que subraya la gravedad del impacto del alcohol en poblaciones jóvenes.

Bebidas de más graduación alcohólicaBebidas de más graduación alcohólica como el fernet, vodka y gin reemplazan a la cerveza como bebidas preferidas por adolescentes (Imagen Ilustrativa Infobae)

Desde una perspectiva más fisiológica, la médica pediatra toxicóloga Silvia Cabrerizo (MN 103.200), secretaria del Grupo de trabajo en Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), señaló los riesgos multisistémicos asociados al consumo de alcohol en jóvenes.

En una nota a Infobae explicó que, “debido a la alta graduación alcohólica de las bebidas preferidas por los adolescentes, el hígado no puede metabolizar adecuadamente el alcohol ingerido, elevando peligrosamente los niveles de alcoholemia”. Esto incrementa el riesgo de episodios agudos como el coma alcohólico, al tiempo que genera daños hepáticos y alteraciones en el sistema nervioso central.

Según Cabrerizo, la percepción del riesgo es baja entre los jóvenes, lo que favorece prácticas peligrosas como conducir bajo la influencia del alcohol, contribuyendo a que los accidentes de tránsito sean una de las principales causas de muerte en este grupo etario.

Problemas asociados al consumo compulsivo de alcohol

Más del 60% de adolescentesMás del 60% de adolescentes consume al menos dos copas por evento social, según el estudio (Imagen ilustrativa Infobae)

Como se vio, una tendencia preocupante que emergió es el consumo compulsivo o binge drinking. Este fenómeno no solo marca una intensificación en la cantidad de alcohol consumido en un corto periodo, sino que también señala una evolución en los motivos detrás de esta práctica.

Para Peronace, los adolescentes consumen con la intención de experimentar un efecto instantáneo y potente, lo que los lleva a mezclar bebidas de alta graduación alcohólica para conseguir el ansiado “golpe”. Este objetivo se alinea con los patrones de consumo masivo que caracterizan esta problemática, donde la velocidad y la intensidad del consumo priman sobre la moderación.

Consumo de alcohol y otras drogas

La percepción del riesgo disminuyeLa percepción del riesgo disminuye entre jóvenes, lo que aumenta el peligro al combinar alcohol con otras sustancias (Imagen Ilustrativa Infobae

En este punto, Damin aportó una preocupación adicional al destacar la tendencia de los adolescentes a “consumir alcohol en combinación con otras sustancias”. “El otro problema, que se suma a la concentración de alcohol de las bebidas que eligen y la edad de inicio alrededor de los 12 años es la banalización que se hace del consumo de sustancias”, señaló el experto.

“Hoy por hoy todos los adolescentes que van a bailar consumen algún tipo de sustancias mientras bailan -alertó-. Normalmente sustancias sintéticas, lo que claramente mezclado con el alcohol produce mayor daño en ese cerebro”.

Complementando esta perspectiva, Cabrerizo advirtió que el Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA) plantea serios riesgos para la salud de los adolescentes. “Al ingerir grandes cantidades de alcohol en poco tiempo, el hígado no es capaz de procesar el alcohol adecuadamente, incrementando la alcoholemia y elevando el riesgo de coma alcohólico”, enfatizó, para agregar que “el impacto del alcohol se extiende más allá del sistema nervioso central, afectando también al hígado y siendo potencialmente letal cuando el consumo alcanza niveles excesivos”.

Qué pueden hacer los padres para retrasar ese consumo lo más posible

Peronace destacó el binge drinkingPeronace destacó el binge drinking como un patrón de consumo alarmante (Imagen ilustrativa Infobae)

La facilidad de acceso a las bebidas alcohólicas, acentuada por plataformas de delivery y redes sociales, juega un papel central en el aumento de estas tendencias.

Esta accesibilidad refleja una deficiencia en los controles y normativas que buscan restringir la venta de alcohol a menores de 18 años. Los expertos coinciden en que la evolución de estas prácticas de consumo y comercialización superan a la legislación actual, y plantearon la necesidad “urgente” de revisiones y adaptaciones para abordar efectivamente estos desafíos emergentes.

En lo que a los padres respecta, para Damin, el cambio debe comenzar en el núcleo familiar. El especialista resaltó que “los chicos nunca hacen lo que los padres dicen, si no hacen lo que los padres hacen, copian. Por lo tanto, un chico que crece en un ambiente donde es natural el consumo de sustancias, lo repite cuando sale”.

La influencia del entorno es crucial, ya que un entorno donde se normaliza el consumo de alcohol y otras sustancias fomenta que los adolescentes repitan estos patrones.

En ese sentido, Damin subrayó la importancia de que los padres establezcan un ejemplo positivo, alejándose de conductas que incluyan el consumo excesivo y regular de alcohol, la automedicación, la mala alimentación, el sedentarismo y otros malos hábitos que no desean que sus hijos adopten.

Los adolescentes tienden a imitarLos adolescentes tienden a imitar los patrones de consumo y hábitos observados en sus progenitores (Imagen Ilustrativa Infobae)

Lo mejor que pueden hacer los padres es intentar cambiar hábitos internamente de manera activa, es decir, decidir cambios por hábitos más saludables si lo que quieren es tener hijos más saludables”, enfatizó

Peronace también señaló la necesidad de recalibrar la percepción social sobre el consumo de alcohol. La psiquiatra sugirió que el establecimiento de normativas más efectivas y una conciencia real sobre los efectos perjudiciales del alcohol podrían transformar la manera en que se percibe y se aborda este problema en la sociedad. Y tras remarcar que “las cifras hablan por sí mismas”, Peronace instó a los responsables de política a actuar sobre estas realidades para prevenir más desenlaces fatales y problemas de salud entre los jóvenes.

Por último, Damin consideró que los padres, como colectivo, deben unirse en un frente común, aplicando pautas consistentes con respecto al consumo de alcohol. “Los padres tenemos que ponernos de acuerdo para decir ‘no’ al mismo tiempo a las mismas cosas. Si no, los adolescentes lo que hacen es ir a la casa de los padres que son más permisivos y eso se resuelve generando consensos entre los adultos”, concluyó.