La mayoría de las personas están abiertas a compartir los datos de salud de sus relojes inteligentes con sus médicos
El reloj inteligente de una persona puede capturar muchos datos sobre su salud, y un estudio reciente afirma que la mayoría de las personas están dispuestas a compartirlos con los médicos. Alrededor …
El reloj inteligente de una persona puede capturar muchos datos sobre su salud, y un estudio reciente afirma que la mayoría de las personas están dispuestas a compartirlos con los médicos.
Alrededor de un 94 por ciento de las personas que usan relojes inteligentes o rastreadores de actividad están abiertas a compartir datos con su médico si eso mejora su atención de la salud, informan los investigadores.
De hecho, un 47 por ciento ya habían discutido sus datos con un médico, y un 43 por ciento ya los habían compartido, según los hallazgos publicados recientemente en la revista Healthcare.
“Todos los días oímos hablar de los riesgos de privacidad y las violaciones de datos, así que es razonable suponer que el intercambio de datos podría plantear problemas”, señaló en un comunicado de prensa el investigador principal, Ty Ferguson, investigador de la Universidad de Australia del Sur.
“Pero en realidad, es todo lo contrario: las personas están abrumadoramente dispuestas a compartir datos de salud de sus relojes inteligentes, siempre y cuando sea con profesionales de la salud de confianza, como médicos o fisioterapeutas”, continuó. “Esto fue incluso más prevalente entre las personas con afecciones de salud crónicas”.
Alrededor de un 39 por ciento de los adultos de EE. UU. usan un reloj inteligente, lo que abre la posibilidad de que los médicos podrían personalizar la atención de la salud al revisar los datos capturados por los dispositivos de muñeca, señalaron los investigadores en las notas de respaldo.
“Al compartir datos de salud personalizados, como los patrones de sueño, la actividad física o la frecuencia cardíaca, los proveedores de atención médica pueden obtener información más profunda sobre las necesidades de cada paciente, lo que podría ofrecer una atención más inteligente, más receptiva y de mejor calidad”, dijo Ferguson.
Alrededor de un tercio de los adultos y 4 de cada 5 adolescentes no cumplen con las directrices recomendadas de actividad física, apuntaron los investigadores. Esto aumenta su riesgo de afecciones como accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y obesidad.
Para el estudio, los investigadores encuestaron a 447 personas, de las cuales el 60 por ciento vivían en Estados Unidos, mediante una encuesta en línea. Todos habían utilizado un rastreador de actividad en los últimos tres años.
En total, el 26% de los usuarios de dispositivos informaron alguna preocupación sobre compartir sus datos con los proveedores de atención médica.
La privacidad fue la preocupación más reportada, citada por el 10% de los participantes en la encuesta.
Los resultados también mostraron algunas diferencias entre los estadounidenses y los australianos encuestados.
Los adultos de EE. UU. reportaron menos preocupaciones sobre la privacidad que los australianos, y los australianos eran menos propensos a haber compartido o discutido sus datos con un médico, apuntaron los investigadores.
Estos datos podrían ayudar a los médicos a abordar los hábitos de estilo de vida malsanos entre sus pacientes, señaló en un comunicado de prensa la investigadora principal, Kimberley Szeto, asociada de investigación de la Universidad de Australia del Sur.
“Los rastreadores de actividad portátiles son una herramienta popular y de costo relativamente bajo que ayuda a las personas a monitorear sus hábitos diarios y comprender mejor cómo esto puede afectar su bienestar general”, dijo Szeto. “Si las personas están abiertas a compartir esta información con sus proveedores de salud, podrían recibir apoyo de salud que esté específicamente dirigido a su propia condición y comportamientos de salud”.