Skip to content
Bienestar Y Vida

Los baños de hielo ganan popularidad, pero expertos advirtieron sobre sus riesgos para la salud

En redes sociales, celebridades e influencers promocionan los baños de hielo como una herramienta milagrosa para fortalecer la mente, recuperar el cuerpo y aumentar la energía. Figuras como David Beck…

Redacción Telenoticias • July 14, 2025 9:25 am
compartir en:
Post thumbnail

En redes sociales, celebridades e influencers promocionan los baños de hielo como una herramienta milagrosa para fortalecer la mente, recuperar el cuerpo y aumentar la energía.

Figuras como David Beckham los muestran como rituales de bienestar, mientras negocios especializados proliferan en ciudades de todo el mundo. Sin embargo, detrás de esta tendencia creciente se ocultan riesgos fisiológicos graves, que en algunos casos pueden derivar en consecuencias duraderas o incluso mortales.

Lo que comenzó como una práctica limitada al ámbito deportivo ahora se ofrece en centros de bienestar, se vende como método de superación personal y se instala en el hogar como hábito cotidiano.

El mercado global de baños de hielo alcanzó un valor de USD 338 millones en 2024 y se proyecta que escale hasta USD 483 millones en 2033. A pesar de esa expansión, expertos en salud advierten que los efectos positivos son limitados y que sus peligros son significativamente subestimados.

Beneficios cuestionados y evidencia limitada

La inmersión en agua fría se asocia históricamente con la recuperación muscular. Según el análisis publicado en The Conversation por Samuel Cornell, candidato a doctorado en Salud Pública en UNSW Sydney, y Michael Tipton, profesor de Fisiología Humana Aplicada en la Universidad de Portsmouth, los baños de hielo pueden reducir el dolor muscular tras un entrenamiento intenso, aunque el efecto es modesto y de corta duración.

Los baños de hielo puedenLos baños de hielo pueden reducir el dolor muscular luego del ejercicio, aunque su efecto es leve y transitorio, según expertos (Imagen Ilustrativa Infobae)

En cuanto al estado de ánimo, algunas investigaciones mencionadas por los autores indican posibles mejoras después de una sola exposición en personas jóvenes y sanas.

Sin embargo, la mayoría de las afirmaciones sobre salud mental, testosterona o metabolismo no cuentan con respaldo científico sólido. Se basan principalmente en experiencias personales y son amplificadas por campañas en plataformas digitales.

Riesgos fisiológicos: del shock al daño duradero

Los autores subrayaron que sumergirse en agua por debajo de los 15 °C genera una potente respuesta fisiológica conocida c

omo shock frío. Esta se manifiesta con jadeo, hiperventilación, aumento de la frecuencia cardíaca y elevación súbita de la presión arterial.

Permanecer demasiado tiempo puede provocar hipotermia, cuyos síntomas van desde escalofríos y confusión hasta pérdida del conocimiento.

El shock frío y laEl shock frío y la hipotermia son riesgos inmediatos de la inmersión en agua helada, incluso en personas jóvenes y sanas (Freepik)

Ambos autores del análisis, mencionaron un estudio en el que nadadores experimentados presentaron graves dificultades respiratorias al ser sumergidos en agua a 4,7 °C durante pocos minutos. Incluso sin una caída inicial significativa de la temperatura corporal, algunos debieron interrumpir la actividad tras solo 90 segundos.

Además, tras abandonar el baño, el cuerpo puede seguir perdiendo temperatura debido al fenómeno del afterdrop, lo que aumenta el riesgo de colapso. Este cuadro puede afectar incluso a personas jóvenes y en buen estado físico.

Cornell relata un caso reciente ocurrido en Sídney, donde un joven se desplomó tras permanecer 10 minutos en un baño de hielo, con síntomas evidentes de shock frío: temblores incontrolables y estado de desorientación.

Lesión por frío no congelante: un daño persistente y poco visible

Los baños de hielo prolongados pueden provocar un tipo de daño que no siempre se advierte de inmediato: la lesión por frío no congelante. Esta afección afecta principalmente a los nervios y vasos sanguíneos de las extremidades, sobre todo las manos y los pies, zonas que están en contacto directo con el agua fría durante la inmersión.

La exposición prolongada al aguaLa exposición prolongada al agua helada puede causar daños en los nervios y vasos sanguíneos de las manos y los pies (Imagen Ilustrativa Infobae)

A diferencia de la congelación, en la que el tejido sufre daño visible por formación de hielo, la lesión por frío no congelante ocurre sin que el tejido llegue a congelarse. Por eso, su detección temprana es más difícil y su gravedad puede ser subestimada.

Entre los síntomas que pueden manifestarse destacan el entumecimiento, el dolor crónico y una alta sensibilidad al frío, que persisten durante meses o incluso años después de la exposición prolongada al frío intenso.

Estos efectos pueden interferir en la calidad de vida y limitar la función motora fina y la destreza manual, así como aumentar la vulnerabilidad a futuras exposiciones al frío.

Este tipo de daño se produce por la combinación de vasoconstricción prolongada (estrechamiento de los vasos sanguíneos) y daño nervioso, que compromete el riego sanguíneo y la transmisión de señales nerviosas en las extremidades. La gravedad aumenta cuanto más tiempo se mantiene la exposición al agua fría, sobre todo si no se respetan los límites de tiempo recomendados.

El contacto extendido con aguaEl contacto extendido con agua helada puede dejar efectos crónicos como dolor, entumecimiento y sensibilidad persistente al frío (Imagen Ilustrativa Infobae)

La lesión por frío no congelante representa un riesgo poco difundido entre quienes practican baños de hielo, pero que puede tener consecuencias duraderas, especialmente en personas que realizan esta práctica de forma frecuente o sin supervisión médica adecuada.

Seis pautas para un uso más seguro

Frente a este escenario, los especialistas propusieron seis medidas clave para quienes consideren usar baños de hielo de forma recreativa:

  1. Consultar con un médico: especialmente en casos con antecedentes familiares o personales de problemas cardíacos, respiratorios o cerebrovasculares.
  2. Conocer los límites personales: la buena forma física no evita el shock frío.
  3. Iniciar de forma progresiva: comenzar con duchas frías breves antes de una inmersión total.
  4. Nunca hacerlo en soledad: se recomienda contar siempre con otra persona.
  5. Controlar la duración y temperatura: no exceder los 3 a 5 minutos de exposición.
  6. Reconocer señales de advertencia: escalofríos intensos, entumecimiento o confusión pueden indicar el inicio de hipotermia.

Los especialistas advirtieron que el cuerpo no está diseñado para soportar agua helada durante largos periodos, por lo que es fundamental tomar esta práctica con la seriedad que requiere y no dejarse llevar por su promoción en redes sociales.