Vivir con lo justo: cómo sobrevivir financieramente en tiempos de altos costos
La frase “el dinero no rinde” se ha convertido en una realidad cotidiana para muchas familias dominicanas. Los precios siguen subiendo, los ingresos siguen estancados, y el bolsillo cada vez está más …
La frase “el dinero no rinde” se ha convertido en una realidad cotidiana para muchas familias dominicanas. Los precios siguen subiendo, los ingresos siguen estancados, y el bolsillo cada vez está más ajustado. Esta situación ha obligado a miles de personas a replantearse cómo viven, cómo gastan y cómo toman decisiones financieras todos los días.
Vivir con lo justo no significa vivir mal, sino aprender a adaptarse con inteligencia y conciencia a una economía cambiante. Es tener la capacidad de priorizar, ajustar y, sobre todo, mantener la calma en medio de la incertidumbre.
- El primer paso: aceptar la realidad sin pánico
No se trata de vivir con miedo, sino de ser realistas. Hay que mirar de frente los números y reconocer si estamos gastando más de lo que entra, si tenemos deudas que nos asfixian o si simplemente no hay margen para “lujos” por ahora.
Aceptar la situación es lo que permite hacer los cambios necesarios a tiempo y evitar consecuencias mayores.
- Presupuesto básico: tu mejor aliado
Una familia que no lleva un presupuesto, está caminando a ciegas. En tiempos difíciles, hay que tener claridad en:
- Cuánto entra (ingresos fijos y variables).
- Cuánto sale (gastos fijos, variables e imprevistos).
- Qué se puede reducir, eliminar o renegociar.
Haz un listado con todos tus gastos y marca con tres colores: lo imprescindible (como comida y vivienda), lo necesario pero negociable (como servicios, transporte, educación) y lo prescindible (como salidas, plataformas de streaming o comidas fuera de casa).
Lo importante no es recortar todo, sino ajustar con estrategia.
- Alimentación inteligente: comer bien sin gastar de más
Una de las áreas donde más se puede ahorrar sin sacrificar salud es la comida. Algunas ideas:
- Comprar en mercados locales y al por mayor.
- Cocinar en casa y llevar comida al trabajo.
- Hacer menú semanal y lista de compras.
- Evitar desperdicios: reutiliza y conserva alimentos correctamente.
No se trata de pasar hambre, sino de ser más conscientes al comprar y cocinar.
- Negociar en lugar de endeudarse más
Si estás atrasado con alguna deuda, lo peor que puedes hacer es ignorarla. Llama, explica tu situación y negocia nuevos plazos o pagos parciales. En muchos casos, las entidades prefieren que pagues algo a que no pagues nada.
Evita también tomar préstamos informales o con intereses altos. Si ya estás sobreendeudado, busca orientación financiera antes de seguir acumulando compromisos.
- Un fondo de emergencia, aunque sea pequeño
Aunque parezca contradictorio, en medio de la escasez es importante separar una pequeña parte (aunque sea RD$100 semanales) para imprevistos. Si se daña algo en casa, hay una emergencia médica o un gasto inesperado, ese fondo te evitará endeudarte más.
Es mejor tener algo que nada. La constancia es más importante que el monto.
- Cuidar la salud mental y emocional
Las preocupaciones financieras generan estrés, ansiedad e incluso discusiones familiares. En estos momentos es fundamental cuidar también el bienestar emocional. Habla con tu pareja, con tus hijos, con personas de confianza. Hacer frente a la situación juntos ayuda a encontrar más soluciones y a sentirse acompañado.
Vivir con lo justo no es sinónimo de derrota. Es una etapa. Es un momento para revisar nuestros hábitos, ajustar lo necesario y aprender a valorar lo esencial.
En medio de una economía difícil, quienes logran mantenerse organizados, flexibles y enfocados en lo verdaderamente importante tienen más probabilidades de salir adelante. No se trata de tener mucho, sino de saber administrar bien lo poco.
Y recuerda: lo económico puede mejorar. Pero lo aprendido en esta etapa puede quedarse contigo para toda la vida.