León XIV clausura el Jubileo de los Jóvenes con un llamado poderoso: “Aspiren a cosas grandes”
Roma. – En un acto que reunió a más de un millón de jóvenes de todo el mundo en la explanada romana de Tor Vergata , el papa León XIV clausuró este domingo el Jubileo de la Juventud con una misa multi…
Roma. – En un acto que reunió a más de un millón de jóvenes de todo el mundo en la explanada romana de Tor Vergata , el papa León XIV clausuró este domingo el Jubileo de la Juventud con una misa multitudinaria en la que exhortó a las nuevas generaciones a “aspirar a cosas grandes” y les recordó que “otro mundo es posible”.
“Aspiren a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos”, alentó el pontífice en su homilía, pronunciada en italiano, inglés y español desde el gran escenario montado en el mismo lugar que acogió la histórica Jornada Mundial de la Juventud del año 2000 con Juan Pablo II.
Un mar de juventud en Tor Vergata
Desde la tarde del sábado, Tor Vergata se convirtió en una ciudad juvenil improvisada. Cientos de millas de peregrinos, equipados con mochilas, sacos de dormir y mantas, acampando al aire libre para participar en esta gran cita de fe y esperanza. Las autoridades locales confirmaron que el evento fue el de mayor convocatoria en lo que va del breve pero enérgico pontificado de León XIV.
Durante la vigilia nocturna, el papa compartió momentos de reconocimiento con los jóvenes y pidió un emotivo minuto de oración por tres ausentes: María Cobo , una joven española fallecida días antes del evento; Pascale Rafic , peregrina egipcia también fallecida; e Ignacio González , otro español, hospitalizado en Roma.
“Recemos por ellos”, pidió a la multitud bajo un cielo nocturno cargado de emoción.
Palabras contra el conformismo
En su mensaje central, León XIV instó a los jóvenes a no dejarse arrastrar por la cultura del consumo y la superficialidad.
“Comprar, acumular, consumir no es suficiente. Necesitamos alzar los ojos”, advirtió, en un claro rechazo a las lógicas de las redes sociales y la vida marcada por lo efímero.
El papa hizo también un llamado a construir relaciones auténticas ya convertirse en “ misioneros de paz ”, destacando que los jóvenes son “la señal de que un mundo distinto es posible” .
Un mensaje de paz con nombres propios.
En uno de los momentos más aclamados de la jornada, justo antes del rezo del Ángelus, León XIV alzó la voz por quienes viven en medio del conflicto armado:
“¡Estamos con los jóvenes de Gaza y con los jóvenes de Ucrania! Con todas aquellas tierras ensangrentadas por la guerra”, proclamó, provocando un largo aplauso de la multitud.
A ellos les dedicó su oración y reiteró que la paz no se construye con armas sino con diálogo , y que los jóvenes están llamados a ser protagonistas de esa transformación.
Dos días de fiesta, oración y fraternidad.
El Jubileo incluyó momentos de gran simbolismo, como el del Circo Máximo , convertido el viernes en un confesionario al aire libre, con miles de jóvenes acudiendo al sacramento de la reconciliación. El encuentro también ofreció espacios de reflexión, música, arte y oración.
A pesar de una ligera lluvia durante la madrugada, el entusiasmo no decayó. Muchos peregrinos fueron sorprendidos por el sonido del helicóptero papal que anunciaba la llegada de León XIV para la misa final.
“Traíamos poco, pero encontramos algunos amigos que nos ayudaron y nos dieron dónde dormir”, relató José, un peregrino hondureño.
El legado de Francisco, presente.
Este Año Santo 2025 , iniciado por el fallecido papa Francisco , fue continuado con fuerza por su sucesor. El recuerdo de Bergoglio estuvo muy presente entre los jóvenes, y León XIV no dudó en homenajearlo citando una de sus frases más profundas:
“No nos alarmemos si nos sentimos sedientos, inquietos, incompletos, deseosos de sentido. ¡No estamos enfermos, estamos vivos!”
Próxima cita: Seúl 2027
Antes de abandonar el escenario, León XIV se despidió no sin antes lanzar una invitación que hizo vibrar Tor Vergata: la próxima Jornada Mundial de la Juventud será en Seúl, Corea del Sur, en 2027 .
Con esta promesa en el horizonte, el papa regresó al Vaticano, dejando tras de sí un legado de esperanza, fe y compromiso para una nueva generación de católicos.