Todo lo que hay que saber sobre la luna de esturión y cómo verla
‘Luna de esturión’ es el nombre con el que en algunas culturas de Norteamérica se conoce la luna llena de agosto, considerada la última del verano. Su denominación proviene de que al final…
‘Luna de esturión’ es el nombre con el que en algunas culturas de Norteamérica se conoce la luna llena de agosto, considerada la última del verano. Su denominación proviene de que al final del verano el esturión alcanza su mayor abundancia en los Grandes Lagos de América del Norte.
La Luna llena ocurre cuando nuestro satélite se sitúa en posición opuesta al Sol respecto a la Tierra, de modo que su cara visible queda completamente iluminada ante nuestros ojos. Oficialmente, la luna del esturión alcanzó su máximo esplendor en la madrugada de este sábado.
En ese instante fue visible a unos 20 grados sobre el horizonte suroeste, cerca de Deneb Algedi, la estrella que representa la cola de la cabra marina en la constelación de Capricornio. Pese a que su punto máximo de iluminación fue el sábado, nuestro satélite continuará apareciendo llena durante una o dos noches después de ese momento.
Se puede apreciar, aunque con complicaciones
“Lo bueno de la Luna llena es que, incluso en una gran ciudad con muchas luces, se puede apreciar realmente”, asegura la investigadora Kelsey Young, de la NASA. Podría parecer sencillo observar este evento, pero en realidad hay varios factores que lo complican. Para empezar, su brillo es tan intenso que mirarla con binoculares o telescopios puede resultar incómodo, aunque no dañino.
Además, su resplandor reduce la adaptación de los ojos a la oscuridad, dificultando la observación de otros objetos celestes hasta que la visión se reajuste. Por último, en esta fase, el Sol se encuentra justo sobre la superficie lunar, lo que produce sombras mínimas que pueden causar que los detalles de nuestro satélite se vean menos definidos.
No obstante, ciertas formaciones se muestran con especial espectacularidad en esta fase, como los extensos sistemas de rayos que irradian desde cráteres como Tycho, Copernicus, Proclus y Petit. Estos rayos son en realidad fragmentos de material subterráneo expulsados y proyectados a gran distancia por el impacto que dio origen a dichos cráteres.