Sobrino de Trujillo de 80 años pide dejar que los jóvenes interpreten la historia
“En los años que me quedan tengo dos cosas importantes que hacer: Aclarar que mi tío no mandó a matar a las Mirabal y decir que él no era el monstruo que la gente cree”.
Por: Wendy Santana
Han pasado 64 años de la muerte del denominado dictador Rafael Leónidas Trujillo y sus descendientes no dan por sentado que su pariente fuera un “tirano”, “narcisista”, “déspota o villano”, como ha quedado consignado en la historia patria.
Al contrario, entienden que hizo mucho por el país, sacándolo de la aldea en que se encontraba en 1930 cuando asumió el poder sustituyendo al presidente Horacio Vásquez, y posicionándolo como el más desarrollado y próspero del Caribe.
En defensa de este criterio está en estos momentos Héctor Bienvenido Trujillo Lluberes, sobrino predilecto del exgobernante, a quien asumió como su hijo tras la muerte de su hermano Aníbal Trujillo Molina.
Defendiendo las raíces de su familia, de la cual dice que no tiene historiales delictivos ni criminales, asegura que lo que aconteció durante el mandato de su tío fue algo propio de un presidente que quería poner orden y disciplina.
Sobre las muertes violentas ocurridas durante el mandato de Trujillo Molina, sostiene que se debieron a medidas de protección a un gobierno que, aunque era amado por muchos, también era odiado por opositores políticos que pretendían derribarlo.
En relación al asesinato de las hermanas Mirabal, asegura que su tío adoraba a las mujeres y no tenía motivos para hacerlo. Por esa razón él -que lo vio gobernando en su despacho cada domingo cuando lo visitaba- testifica que no la mandó a matar y que hay prueba de ello.
Héctor Bienvenido Trujillo Lluberes hizo estas declaraciones entrevistado en el programa “Entre Periodistas”, que se transmite los domingos por Telesistema a las 11:00 de la mañana.
Órdenes militares
Para el defensor de la Familia Trujillo, el gobernante actuaba en función de su carácter fuerte debido a que era un militar formado en Estados Unidos bajo las más estrictas reglas de control y autoridad, amparadas en los principios de desarrollo de un país.
Justifica su forma de gobernar entendiendo que ese sistema era necesario para educar a la “población insurrecta” que, a su entender, quería desestabilizar el país para subir al poder.
Sobre las críticas que pesan en contra de Trujillo Molina, de que obligaba a la gente a rendirle pleitesía, actuar como súbditos de manera “humillante”, no permitir la acumulación de bienes, no dejar que las mujeres estudiaran en las universidades y usara del poder para tenerlas complacientemente, alegó que “así es como lo han querido poner”.
El sobrino de Rafael Leónidas Trujillo Molina reconoce los desafíos de cambiar las percepciones arraigadas sobre su pariente, especialmente dada la fuerte oposición de los grupos democráticos en la República Dominicana
No obstante, aboga por un diálogo abierto y anima a los estudiantes a evaluar críticamente los relatos históricos que han aprendido.
Nuevas perspectivas sobre la historia
En el programa “Entre Periodistas”, Trujillo Lluberes manifiesta su esperanza de que las generaciones más jóvenes sean más receptivas a explorar diferentes perspectivas sobre la historia.
Enfatiza que su deseo es esclarecer “la verdad de Trujillo”, contrarrestando las narrativas negativas que han persistido durante más de seis décadas.
En ese sentido, sugiere estudiar un libro del escritor dominicano Elvis Darío Cartagena, que desafía la visión ampliamente aceptada de Trujillo como un dictador cruel.
La investigación de Cartagena, basada en entrevistas y lecturas exhaustivas, presenta una perspectiva diferente sobre el gobierno de Trujillo, destacando el contexto de un país pobre y asolado por la inestabilidad antes de su gobierno.
Héctor Bienvenido Trujillo Lluberes busca promover esta narrativa alternativa, especialmente entre los estudiantes. Con esos fines ha participado en debates en instituciones educativas para facilitar su comprensión, tanto en República Dominicana como fuera.
Recientemente la Universidad Unicaribe, bajo las directrices de su rector José Andrés Aybar Sánchez, realizó un conversatorio con esta temática.
El conversatorio fue conducido por el periodista Miguel Franjul, director del periódico Listín Diario, el cual ha manejado este tema con amplio respecto y pluralidad, permitiendo la diversidad de criterios y libre elección de las convicciones.
La participación del sobrino de Trujillo en el programa “Entre Periodistas” enfatiza la importancia de comprender el pasado para forjar un futuro mejor.
Reflexiona, también, sobre los cambios significativos que ha experimentado la República Dominicana en los últimos 60 años.
El caso de Las Mirabal
Al abordar el controversial tema de las hermanas Mirabal, asesinadas durante el régimen de Trujillo y que fue el detonante para la muerte y cierre político del gobernante dominicano, cita a Estados Unidos en la composición de la trama.
Avala su pronunciamiento en base a la interpretación de documentos desclasificados de agencias de inteligencia que sugieren la participación de EEUU en la desestabilización del régimen de Trujillo, incluyendo conversaciones sobre el asesinato.
No obstante, enfatiza que no es político ni le interesa gobernar en su país, pues ha vivido en Estados Unidos durante 64 años, desde la caída del régimen de Trujillo, desarrollándose económicamente con su propio esfuerzo, y que así lo ha hecho toda su familia: sin matar, sin robar, ni hacer daño a nadie.
Héctor Bienvenido Trujillo Lluberes reflexiona sobre sus experiencias con su tío Rafael Trujillo Molina, describiéndolo como un líder poderoso e inteligente que gobernó con la autoridad propia de la época.
El legado histórico
En la entrevista concedida al programa “Entre Periodistas”, el sobrino de Trujillo Molina aborda la idea de establecer un museo dedicado a su pariente, similar a los dedicados a otras figuras históricas.
Entiende que primero se debe reconocer las acciones de Trujillo sin prejuicios, para comprender las complejidades de ese gobierno y poder completar la narrativa histórica de la República Dominicana.
La conversación concluye con un llamado al diálogo abierto y a la importancia de preservar la libertad de expresión y la democracia, permitiendo que el público escuche y procese todas las perspectivas de la historia.