Cáscaras de plátano: un tesoro nutricional y medicinal que no debe desecharse
Lejos de ser solo una barrera protectora para la fruta, la piel del plátano contiene vitaminas A, B6, B12 y C, minerales como potasio, magnesio e hierro, así como antioxidantes que protegen las célula…
Lo que muchos consideran un desecho cotidiano, la cáscara de plátano, es en realidad un recurso lleno de nutrientes y compuestos bioactivos con múltiples beneficios para la salud, según estudios recientes en nutrición y publicaciones especializadas como Healthline.
Lejos de ser solo una barrera protectora para la fruta, la piel del plátano contiene vitaminas A, B6, B12 y C, minerales como potasio, magnesio e hierro, así como antioxidantes que protegen las células y promueven la salud ocular. Su alto contenido de fibra también contribuye a la digestión y al bienestar general.
En el cuidado de la piel, la cáscara de plátano ofrece propiedades hidratantes y antioxidantes. Frotar la parte interna sobre zonas secas, irritadas o propensas a arrugas puede ayudar a suavizar y restaurar la piel. Además, su contenido de ácido salicílico y compuestos antibacterianos la convierte en un aliado para tratar pequeñas irritaciones o picaduras de insectos.
Expertos en nutrición y medicina natural destacan que la cáscara puede incorporarse a la alimentación si se cocina adecuadamente, y que su uso en remedios caseros y productos de cuidado personal representa una tendencia creciente en varios países que buscan aprovechar residuos alimenticios tradicionalmente descartados.
Recomendaciones para su uso:
Lavar la cáscara antes de usarla para eliminar pesticidas.
Cocinarla para consumo, o aplicarla tópicamente sobre la piel de forma suave.
Evitar contacto con heridas abiertas para prevenir irritaciones.
Con estas prácticas, la cáscara de plátano se consolida como un recurso sostenible, económico y saludable, demostrando que muchas veces los grandes beneficios se encuentran donde menos se espera: justo fuera de la fruta.