Skip to content
Opiniones

Despedidas inesperadas: La herida del Jet Set

Decir adiós nunca es fácil. Despedir a un familiar, a un amigo o a un compañero que parte de este mundo antes de tiempo es un dolor que desgarra por dentro, que nos deja sin aliento y nos enfrenta a u…

Redacción Telenoticias • September 8, 2025 4:26 pm
compartir en:
Post thumbnail

Despedidas que nos desgarran

Por Julissa Martínez

El pasado 8 de abril, la trágica caída del techo del Jet Set nos enfrentó a una dolorosa realidad: despedirnos, de forma inesperada, de seres queridos que jamás imaginamos perder tan pronto. Un instante bastó para cambiarlo todo, dejando un vacío imposible de llenar y recordándonos, con crudeza, lo frágil que puede ser la vida.

Decir adiós nunca es fácil. Despedir a un familiar, a un amigo o a un compañero que parte de este mundo antes de tiempo es un dolor que desgarra por dentro, que nos deja sin aliento y nos enfrenta a una realidad que muchas veces preferimos ignorar: la fragilidad de la vida.

La muerLa muerte, con su inevitable presencia, nos obliga a detenernos y cuestionar si realmente estamos viviendo como deberíamos. ¿Estamosos priorizando lo importante? ¿Estamos dedicando tiempo, atención y amor a quienes más queremos? ¿O nos hemos dejado atrapar por la rutina, posponiendo abrazos, llamadas, conversaciones y “te quiero” que mañana podrían ser imposibles?

Cada pérdida nos confronta con un sinfín de interrogantes. Nos quedamos pensando en lo que nos faltó decir, en si dimos el último abrazo, en aquella conversación que nunca tuvimos. Nos preguntamos qué hubiéramos hecho diferente si hubiéramos sabido que ese sería el último día, la última risa, el último encuentro.

La muerte nos enseña, aunque duela, que la vida es hoy. Nos recuerda que no hay tiempo para guardar palabras, que el amor debe expresarse, que los abrazos deben darse y que la atención que ofrecemos a quienes amamos no debe posponerse.

Por eso, más que temer a la muerte, deberíamos aprender de ella. Nos envía un mensaje claro: ama más, escucha más, dedica más tiempo, di lo que sientes. Porque no sabemos cuándo llegará ese último adiós, pero sí podemos decidir que cada encuentro cuente, que cada día sea una oportunidad para demostrar cariño y gratitud.

Que nuestras despedidas, cuando lleguen, no nos desgarren por lo que no hicimos, sino que nos consuelen por todo lo que entregamos en vida.