Psiquiatra Katty Gómez pone el dedo sobre la llaga: Asegura que hay conductas criminales, enajenadas y simuladas
“No todos los delincuentes y criminales tienen problemas mentales, ni todos los presos con enfermedades psicóticas deben quedar en prisión”, asegura la especialista en psiquiatría legal, forense, cien…
Por Wendy Santana
Aceptó participar en el debate “Crímenes y delitos cometidos por enajenados mentales y cómo las cárceles dominicanas manejan estos casos”, que realiza el programa “Entre Periodistas” por Telesistema cada domingo. Pero con una condición: Que sólo le hagan preguntas psiquiátricas.
La doctora Gómez, máster en psiquiatría legal y forense, con 10 años de experiencia tratando pacientes desde ansiosos y delirantes hasta obsesivos compulsivos con alto grado de peligrosidad en el hospital Padre Billini, no quería salirse de su ámbito de dominio.
No obstante, como dominicana, profesional y consciente de que los problemas sociales se resuelven en conjunto, participó en todos los aspectos del tema junto al magistrado Rafael Báez, quien conoce al dedillo las intringulis del sistema penitenciario y tiene la carta de reforma inmediata en sus manos.
Como egresada de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), de alcance internacional, especialista en investigación criminal y en análisis de perfiles de personalidad y negociación, además de experta en manejo de adicciones psicopatologías, traumas de niños abusados y reclamo de derechos humanos, tiene mucho que decir y aquí están sus consideraciones:
¿Por qué el sistema penitenciario dominicano le está fallando a la sociedad?
Si tenemos un gran problema es el hecho de que solamente estamos tipificando delitos, pero “sin conducta no hay delito”, decía un genio jurista por ahí. Entonces, es necesario que no solamente hagamos eso, sino que también podamos tipificar las conductas. Entiendo que se deben separar aquellas personas que tienen un trastorno mental de otras
que tienen un problema conductual, para así tener un mejor abordaje de estas patologías que se encuentran dentro de nuestro sistema. Y sí, es cierto que las cárceles no tienen las condiciones adecuadas ni el personal necesario para abordar los problemas de salud mental de los internos, lo que agrava la situación en lugar de corregirla. No hay suficientes psiquiatras ni psicólogos para atender a una población masiva, y las cárceles carecen de instalaciones adecuadas, convirtiéndose en focos de hacinamiento e insalubridad, tanto para los recluidos para los que pueden brindar las atenciones necesarias.
¿Cuáles son los problemas mentales más comunes en las cárceles dominicanas?
Siempre hay muchas dificultades dentro de nuestro sistema penitenciario. Sabemos que el hecho de estar privados de nuestra libertad obviamente va a causar ciertas alteraciones en el estado emocional. Debemos reconocer que hay conductas que obviamente son antisociales, son psicopáticas y cada caso merece un tratamiento de manera individual. Pero no todo el que comete un crimen tiene una condición mental. Hay que aclarar esa parte porque ahí es donde entro yo como profesional, como psiquiatra legal y forense. Tenemos que hacer esa diferenciación. Hay personas que delinquen y simulan tener una condición. Por eso necesitamos expertos para ello y no de manera muy ligera decir ¡ah! sí, tiene un trastorno mental porque el crimen fue atroz. No necesariamente.
¿Cómo se tipificaría a una persona que mate de varios disparos o cuchilladas, corte la cabeza, las extremidades y luego lo echa en un saco, lo tira, y sigue su vida normal?
Bueno, cuando nosotros tenemos este tipo de conducta en la evidenciamos carencia de empatía, culpa o remordimiento, vamos viendo que tiene criterios para cumplir con el trastorno antisocial de la personalidad. Pero hay que aclarar algo: Este tipo de personas (Delincuentes y criminales) generalmente saben que están irrumpiendo una norma. Entonces, ¿Qué busca el psiquiatra forense? Busca que si esta persona está diciendo que padece alguna condición mental, establecer ese nexo causal con el delito que se le imputa. Esto no sucede hasta que no se hace una evaluación especializada. Existen herramientas para darnos cuenta si está simulando, si tiene una conducta que es criminal o no, o algo que nos arroje a nosotros un trastorno de otro tipo.
¿Dónde está el núcleo del problema? Queremos saber ¿Por qué hay tantos enfermos mentales en las cárceles, debiendo estar en otro lugar?
Creo que uno de los mayores conflictos que tenemos es que hay muchas cosas escritas y se ven muy lindas en los libros, pero a la hora de realizar esa práctica, pues nos vemos en una gran dificultad. ¿Cuál es el problema? No hay psiquiatras, psicólogos o simplemente el método no se está llevando a cabo como se ha sugerido. Es decir, vamos a tipificar a todo el que entre aquí porque yo decía en un programa, mucha de la gente que ha entrado aquí por asesinato, por cualquier aberración, viene ya con un problema mental instalado. Eso es un mito. Qué bueno que usted lo dice porque tenemos que desmontarle eso a la población. Nuestro sistema adolece de profesionales, porque obviamente son muy pocos. Recientemente, hace unas dos semanas estuve dándole inducción a seis psiquiatras de nuevo ingreso para el sistema penitenciario.
¿Con cuántos profesionales de la conducta o siquiatras cuentan los centros de reclusión dominicanos?
Obviamente son muy pocos. Seis para una cantidad enorme de privados de libertad, pues obviamente resulta insuficiente. Y otra de las carencias es precisamente la calidad del profesional. Entiendo que si vamos a hablar de salud y, sobre todo, de salud mental, que la mayoría de estos casos pues obviamente son de salud mental, no pueden ser dirigidos por otro que no sea ese profesional. Yo creo que ahí es donde está nuestro mayor problema, que a veces se colocan personas en posiciones que lastimosamente no son las competentes.
Doctora, ¿Cómo evitamos que se mal utilice el criterio judicial de separar recluidos con enfermedades mentales a recluidos con problemas de conducta o psicópatas?
Para que la gente no utilice la excusa de padecimiento mental como escape para poder salir de la prisión cuando realmente lo amerita, te voy a decir varias cosas. Voy a empezar con los términos ya jurídicos que competen al juez. Obviamente, a mí no me compete de primera instancia decir quién es inimputable o quién no lo es. Es una responsabilidad de los jueces. Pero sí me corresponde, basado en la recomendación del especialista, ir a probar si tiene o no una condición, si tiene una capacidad civil, penal. O sea, si entiende o no lo que está sucediendo y si en el momento de ocurrido el hecho estaba consciente o no. Y obviamente para eso, como le decía, se necesitan expertos. No podemos ir a inventar porque cualquier persona que tenga una buena simulación, pues puede pasar desapercibido y obviamente se le puede dar el chance de salir.
¿Cuáles son las pruebas fehacientes que demuestran que una persona es paciente psiquiátrico o no?
Hay varias pruebas que un tribunal va a tomar en cuenta. No es solamente mi expertiz como médico psiquiátrico. Porque puede engañarme también. Pero no puede engañar al sistema si hay una prueba de ADN que indica que hubo una planificación y un sinnúmero de hechos previos a ese delito que lo incriminan. Entonces ahí es donde los jueces, que ya él el Dr. Báez explicará mejor, pues lo ponderan.
¿Es cierto que todo lo que tiene que ver con reforma carcelaria para mejorar las condiciones de los que guardan prisión es letra muerta en nuestro país?
Bueno, sabemos que en las penitenciarías dominicanas no existen, digamos, unas instalaciones apropiadas para que se le brinden los tratamientos psiquiátricos y psicológicos a las personas que lo ameritan. Que contamos con escasos profesionales de la salud para ello y que el mal manejo administrativo no ayuda a resolver los problemas. Sí, realmente es así. Pero es bueno que se diga que nosotros recientemente tenemos una unidad modelo en San Pedro de Macorís y puede servir de ejemplo para las demás que se “sueña” con abrir. El psiquiatra que está ahí ha hecho muy buen trabajo juntamente con
el equipo que tiene. Es de las pocas unidades que funcionan, incluso se han ido trasladando algunos de los privados que tienen una complejidad mayor en su salud mental. Pero como usted bien decía, tenemos particularidades en cada una de nuestras cárceles y por lo tanto cada protocolo, mientras todo se ajusta, debe adaptarse a eso.
¿Cuál ha sido su participación en los planes y proyectos de reformas carcelarias y sus aportes?
En el 2021, haciendo un poco de historia, estuvimos participando en ese convenio que se hizo entre el Sistema Nacional de Salud, la Procuraduría, con nuestra ex procuradora, la señora Miriam Germán, desde la Sociedad Dominicana de Psiquiatría. Pues firmamos un acuerdo que lastimosamente se quedó en gavetas y era precisamente hacer un centro de salud mental penitenciaria, como le llamamos desde ese tiempo, y obviamente también. No era solamente aquí en la capital, sino un modelo de inicio para todos los recluidos que ameritaran este servicio social.
¿Eso también está en letra muerta?
Lamentablemente sí, está en letra muerta. Le hemos dado muchísimo seguimiento, pero no hemos podido lograrlo. Quiero resaltar que en el señor Roberto Santana (Asesor del Poder Ejecutivo para la Reforma del Sistema Penitenciario) he visto una disposición, aunque no tenga el poder de ejecutar muchas cosas. Con esto me estoy refiriendo al asesor, no a su director per sé, pero yo creo que sí lo vale, estamos aquí y de una u otra manera el poquito que me toque lo aporto. Y asimismo mis colegas, porque en ocasiones también hacemos operativos de salud mental y llevamos medicamentos. No es suficiente, lo sabemos, se necesita mucha voluntad. Yo siempre digo, todas las cosas podemos decirlas muy bonitas, pero ¿quiénes están dispuestos a pagar el precio para esto? No es tan fácil. No todo el mundo quiere ser un psiquiatra que va a la cárcel, tiene miedo. ¿Por qué? Porque hay muchas cosas, no es solamente eso, lo insalubre que es. Y voy a hablar de manera muy llana y clara porque usted sería más conveniente que se establezca ese centro, digamos, independiente de las cárceles. Vamos a tener más control y prevención.
¿Cuáles son los mayores peligros de estar en la cárcel, visitar a alguien u ofrecer atenciones médicas?
El problema no es solamente salud mental, señores. Hay que ver la cantidad de personas con tuberculosis que tenemos en nuestros recintos haciendo resistencia a antibióticos y una serie de situaciones. Entonces, el médico no puede permitir enfermarse para llevar eso a su casa también. Yo creo que hay muchas cosas y vuelvo y repito, voluntad, pero de personas que tengan las competencias para ello. Si están los profesionales que tienen que estar manejando el sistema penitenciario en el ámbito jurídico, humanitarios, de salud o trabajo social, no se verán resultados por mucho tiempo.