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Economía

El costo invisible de preocuparte por dinero todo el tiempo

También es fundamental incorporar hábitos de autocuidado: descansar lo suficiente, hacer ejercicio y mantener espacios de recreación que no dependan del dinero. Y si la carga es demasiado pesada, busc…

Nicole Paola Rodríguez Peralta • September 25, 2025 6:00 pm
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¿Te has detenido a pensar cuánto te cuesta preocuparte por el dinero más allá de lo que pagas en tus facturas? La mayoría de la gente cree que el estrés financiero solo se refleja en números rojos, pero lo cierto es que existe un precio oculto que afecta tu salud, tu productividad e incluso tus relaciones personales. Se trata del costo invisible de la preocupación constante por el dinero, una carga emocional que, de no manejarse, puede convertirse en un círculo de desgaste físico y mental.

De acuerdo con la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, más del 60 % de los hogares dominicanos enfrentan al menos una situación al año en la que los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos básicos. Esta realidad genera tensiones que no siempre se expresan con palabras, pero sí con síntomas: insomnio, irritabilidad, ansiedad y dificultad para concentrarse en el trabajo. Un estudio regional publicado por el BID agrega que más de la mitad de los trabajadores latinoamericanos admite que las preocupaciones económicas afectan su desempeño laboral, lo que significa que no solo pierden horas de sueño, sino también productividad y oportunidades de crecimiento.

Tomemos como ejemplo a José, un empleado con doble jornada. Trabaja en una oficina durante el día y en la noche hace entregas para generar ingresos extra. Aunque recibe dos salarios, vive angustiado porque no logra cubrir la matrícula del colegio de sus hijos ni los gastos médicos de su familia. Se despierta en la madrugada pensando en cómo salir adelante y al día siguiente apenas puede concentrarse en su labor. Lo mismo ocurre con Ana, una emprendedora que maneja una tienda en línea: cuando las ventas bajan, no duerme, se endeuda para comprar más inventario con la esperanza de recuperarse, y termina atrapada en un ciclo de deudas que aumenta su ansiedad. O con Laura, madre soltera con ingresos variables, que cada fin de mes vive con el temor de no poder pagar la renta, lo que la mantiene en un estado de alerta permanente que deteriora su calidad de vida.

Romper con ese costo invisible no se trata de ignorar las preocupaciones, sino de enfrentarlas con estrategias prácticas. El primer paso es reconocer que existe un problema y dejar de normalizar la angustia como parte de la vida adulta. Luego viene el diagnóstico: poner en orden tus finanzas, listar deudas, tasas de interés y fechas de pago. Esto da claridad y permite priorizar, porque no todas las deudas pesan igual. Pagar primero aquellas que generan mayor carga emocional y financiera —como tarjetas con intereses elevados— es una manera de liberar espacio mental.

El siguiente paso es establecer objetivos pequeños y alcanzables, como ahorrar una cantidad específica cada mes o reducir un gasto puntual. Estos logros crean una sensación de avance que disminuye la ansiedad. También es fundamental incorporar hábitos de autocuidado: descansar lo suficiente, hacer ejercicio y mantener espacios de recreación que no dependan del dinero. Y si la carga es demasiado pesada, buscar ayuda profesional, ya sea un asesor financiero que oriente con un plan estructurado o un psicólogo que ayude a manejar la ansiedad, debe verse como una inversión en bienestar y no como un lujo.

La preocupación constante por el dinero roba energía, tiempo y salud. Es un ladrón silencioso que se esconde detrás de facturas impagas, ingresos inestables y estilos de vida que no se corresponden con la realidad. Pero la buena noticia es que se puede detener. Cada pequeño cambio suma y cada decisión consciente te devuelve un poco de paz. Al final, el verdadero costo de preocuparte por dinero no está en tus bolsillos, sino en la vida que pierdes por vivir en angustia. Recuperar el control financiero es también recuperar tu bienestar, porque tu salud mental es parte de tu patrimonio más valioso.