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Economía

Deudores primerizos: cómo dar tus primeros pasos en el sistema financiero sin ahogarte en deudas

Ser deudor no es sinónimo de irresponsabilidad; al contrario, puede ser un paso clave en tu crecimiento financiero. Lo fundamental es aprender a ver el crédito como una herramienta, no como un regalo….

Nicole Paola Rodríguez Peralta • October 3, 2025 6:00 pm
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Acceder por primera vez a un préstamo o a una tarjeta de crédito puede sentirse como un logro. Representa independencia, confianza y la posibilidad de alcanzar metas que, de otra manera, tomarían años. Sin embargo, muchos dominicanos que dan sus primeros pasos como deudores descubren demasiado tarde que el crédito es un arma de doble filo: usado con criterio, construye un historial sólido; mal manejado, se convierte en una carga que limita tu estabilidad financiera.

El problema comienza cuando la emoción de tener acceso al sistema financiero nubla la capacidad de análisis. La primera tarjeta de crédito, por ejemplo, suele verse como dinero adicional. La realidad es distinta: es un compromiso que debe pagarse a corto plazo y que, si no se gestiona bien, acumula intereses que pueden triplicar la deuda inicial. La recomendación práctica es usarla como medio de pago, no como extensión del salario. Una regla sencilla es no gastar más del 30% del límite y procurar saldar la totalidad antes de la fecha de corte. Esa disciplina es la que marca la diferencia entre un historial saludable y uno que despierta alarmas en los burós de crédito.

Otro escenario común son los préstamos personales para consumo. Supongamos un joven empleado que gana RD$40,000 y solicita un préstamo de RD$200,000 para amueblar su casa. La cuota mensual puede parecer razonable, pero si se suman gastos de transporte, alimentación y compromisos familiares, el presupuesto queda comprometido. En este punto entra la importancia de diferenciar entre deuda productiva y deuda improductiva. La primera genera un beneficio a largo plazo: un préstamo hipotecario, un crédito para estudios o una inversión en negocio. La segunda, en cambio, financia lujos o compras que pierden valor rápidamente y que no aportan estabilidad futura.

Muchos deudores primerizos también olvidan calcular su capacidad real de pago. La recomendación más aceptada es no comprometer más del 40% de los ingresos mensuales en deudas. Superar ese porcentaje significa vivir con el agua al cuello y sin margen para imprevistos. Una enfermedad, la pérdida del empleo o cualquier gasto inesperado puede romper el equilibrio y empujar al deudor hacia el sobreendeudamiento.

Un aspecto que suele pasar desapercibido es la importancia de revisar el historial de crédito. Aunque estés iniciando, es útil consultar periódicamente tu reporte para asegurarte de que toda la información esté correcta y para entender cómo tus pagos construyen tu reputación financiera. Conocer tu score crediticio no solo te prepara para futuras solicitudes, sino que también te motiva a mantener buenos hábitos de pago.

En la práctica, los deudores primerizos deberían apoyarse en herramientas simples. Un cuaderno, una hoja de cálculo o una aplicación móvil basta para registrar ingresos, gastos y pagos mensuales. Visualizar el panorama completo ayuda a tomar decisiones más conscientes. También es útil establecer un fondo de emergencia equivalente a tres meses de gastos básicos, de modo que, si surge un imprevisto, no tengas que recurrir inmediatamente a más deuda.

Ser deudor no es sinónimo de irresponsabilidad; al contrario, puede ser un paso clave en tu crecimiento financiero. Lo fundamental es aprender a ver el crédito como una herramienta, no como un regalo. Utilizarlo con prudencia te permitirá financiar proyectos importantes, acceder a mejores condiciones en el futuro y, sobre todo, evitar que la ilusión inicial se transforme en una carga difícil de sostener.

Cada vez más dominicanos están accediendo por primera vez al sistema financiero. Si das ese paso, hazlo con conciencia: gasta con medida, cumple con tus compromisos, distingue entre lo que suma valor y lo que solo genera deudas pasajeras. En el largo plazo, tu historial será el reflejo de esas decisiones, y lo que hoy parece un pequeño crédito puede ser la llave que mañana abra la puerta a tu mayor meta.