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El País

Historiador revela penas y alegrías del doctor Joaquín Balaguer

Siendo miembro del protocolo del expresidente, Miguel Reyes Sánchez observó los disgustos del mandatario ante los errores de los funcionarios, las mentiras que les decían y las medidas que tomaba para…

Escalen Batista • October 24, 2025 10:02 am
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Por Wendy Santana

Complacido de poder contar a la sociedad dominicana y al mundo algunas particularidades del expresidente Joaquín Balaguer, el historiador y escritor Miguel Reyes Sánchez expuso en la “Mesa de Podcast” del programa Entre Periodistas lo que vivió cerca del mandatario.

Balaguer fue el presidente dominicano que estuvo más tiempo en el poder después de Rafael Leónidas Trujillo, el único considerado su discípulo y la mayor referencia ante los gobernantes sucesores sobre cómo administrar un país en equilibrio entre autoridad y democracia.

En su organización política, el Partido Reformista (PR) y luego Social Cristiano (PRSC), fue el único líder. También el primero en permitir la existencia de varios partidos contrarios al suyo, después de la llamada “Tiranía”, dando paso a la democratización de criterios políticos.

Trujillo, creador del Partido Dominicano, único en su gestión, permaneció 30 años en el poder (1930-1960), mientras que Balaguer fue Presidente por 24 años, aunque de manera interrumpida: Dos años (1960-1962), 12 años (1966-1978) y 10 años (1986-1996).

En su primer período de gobierno, pasando de Vicepresidente a Presidente por disposición de Trujillo en 1960 (un año antes de su muerte), el doctor Joaquín Balaguer dio sus primeros pasos con autoridad de manera reservada para no causar recelos del gobernante que lo eligió libremente.

Tras el asesinato del “dictador” por parte de un grupo de contrarios al autoritarismo excesivo, la opresión social y el abuso de poder, consagrados en la historia dominicana como “Los Héroes del 30 de Mayo”, el líder reformista se convirtió en la sucesión amigable del poder y aceptable ante la sociedad.

Y aunque le costó enfrentar el disgusto de los familiares de Rafael Leónidas Trujillo, quienes esperaban que el nuevo Presidente gobernara como el anterior, copia fiel, Balaguer decidió hacer su propio gobierno, navegando entre dos mares con un propósito firme: Que su gestión fuera la mejor.

Otros detalles particulares nos los cuenta Miguel Reyes Sánchez, presidente de la Academia Dominicana de la Historia y ex presidente de la Academia Dominicana de Ciencia, quien por su fina pluma ha sido merecedor del Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2012 y Premio Nacional de Historia José Gabriel García 2010 y 2015.

Los secretos de Balaguer

A su llegada al Palacio Nacional en 1986, cuando Balaguer regresó al poder ciego tras una transición de Gobierno dominada por el partido Revolucionario Dominicano (PRD), el escritor recuerda lo siguiente: “No teníamos guías especiales, pero el general Luis María Pérez Bello actuaba como un Lazarillo, y nosotros preparábamos espacios libres para evitar tropiezos”.

Describió el círculo íntimo de Balaguer como integrado por Aníbal Páez y Guaroa Liranzo en lo personal, así como por Rafael Bello Andino en lo público, sacrificando lealtades cuando era necesario. “Trabajaba hasta las 11:00 de la noche, y su despacho era el centro de todo”, señaló.

Al referirse a lo que llamaba la atención del Presidente reformista, detalló que manejaba documentos con “lectores humanos” como Rafael Bello Andino, hombre de confianza que fungía como secretario de la Presidencia, así como las asistentes Enedina Rodríguez y Rosa Domínguez, además de Ramón Lorenzo Perelló para asuntos periodísticos.

El historiador calificó al doctor Joaquín Balaguer como un gestor nato del Estado, formado bajo el régimen de Trujillo, donde aprendió a manejar instituciones que fomentaban el desarrollo del país, pese a las sombras de crímenes que, de acuerdo con sus investigaciones, no ordenó personalmente.

“Nunca mandó matar a nadie. Había operaciones como El Águila, conspiraciones contra él”, afirmó, y mencionó también la Operación Cóndor de la CIA para contener el comunismo en América Latina.

No se quería morir

Una anécdota memorable contada por el invitado a la “Mesa de Podcast del Programa Entre Periodistas” que se transmite por Telesistema cada domingo, fue cuando él, siendo un joven, mozalbete del equipo de protocolo del Palacio, pidió el decreto de pompa fúnebre para estudiar las normas de los sepelios de fallecidos en el tren de gobierno.

“Era por si acaso lo necesitaba un día”, detalló, pero al llegarle a Balaguer un reporte de inteligencia sobre esas gestiones, el “osado” fue citado al despacho del mandatario para inquirirle y pedirle una explicación, ya que el estadista no imaginaba su muerte aún.

“El presidente me preguntó si lo veía mal, y yo respondí que lo veía mejor que nunca”, relató Reyes Sánchez, revelando que Balaguer, si bien lucía preocupado pensando que el servidor de protocolo podía tener información sobre su estado de salud, se mostraba satisfecho al ver la curiosidad del joven por aprender cosas nuevas, y así ponía a prueba a sus colaboradores.

Lo fuerte y lo débil de un líder

Reyes Sánchez suministró durante el podcast detalles sobre las fortalezas y debilidades emocionales de Joaquín Balaguer, revelando episodios de su liderazgo implacable y su lado humano, publicados en la obra “Quo vadis”, de su autoría.

La expresión “Quo vadis” es una frase latina que significa “¿Adónde vas?” y hace referencia a un episodio de la tradición cristiana sobre el apóstol San Pedro huyendo de Roma durante la persecución de Nerón. Al encontrarse con Jesús, Pedro le preguntó: “Quo vadis, Domine” (“¿Adónde vas, Señor?”), y la respuesta de Cristo lo impulsó a regresar para afrontar su martirio.

La figura del líder reformista fue calificada por el historiador como un modelo de grandeza humana y resistencia ante adversidades políticas. Según reveló, lo consultaba algunas veces para asegurarse de que lo que le decían los miembros de su gabinete era la verdad.

“Cortaba problemas de raíz, sin dar segundas oportunidades”, explicó, destacando el “anillo impenetrable” de confianza que rodeaba al presidente, con grupos leales como los de Guaroa Liranzo y Bello Andino.

Balaguer era radical en las decisiones, sacrificaba lealtades cuando era necesario, pero mostraba empatía con humildes, como la “bruja de San Cristóbal”, y figuras como José Manuel Bello Campora, reveló Reyes Sánchez.

Citó el caso de Fernando Rainieri, secretario de Turismo, quien le llevó el borrador de un decreto en el que se abría la posibilidad de arrendar la Isla Catalina, con el cual no estaba de acuerdo, y Balaguer, indignado, por considerarlo “antihistórico” y prohibido por la Constitución de la República, ordenó la destitución del sub consultor jurídico al que le atribuía el yerro.

Otro ejemplo de decisiones firmes fue cuando el administrador de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) fue despedido por ocultar la realidad sobre el suministro de energía eléctrica afirmando que todo estaba de maravilla cuando en verdad el país pedía a gritos el cese de los apagones.

Sin embargo, citó el respeto de Balaguer por mujeres influyentes como doña Tata Suárez, Mariana Vinet y Licelott Marte. Evitó nombrar al “aborrecible” cercano, pero señaló su aversión a la perversidad.

Balaguer y los líderes semejantes

Balaguer, identificado como antiimperialista pragmático, admiraba figuras como el Primer Ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill, quien condujo a esa nación a la victoria de la Segunda Guerra Mundial. Igual consultaba numerosos libros para tomar decisiones, incluso triviales como trasladar a un elefante del Zoológico Nacional.

 

En el plano internacional, Miguel Reyes Sánchez citó que el líder reformista y el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro, tuvieron buena conexión, recordando haber sido testigo de un encuentro cordial que tuvieron en Caracas a primeras horas de la mañana cuando Balaguer aún estaba en piyamas.

Era la toma de posesión del presidente Carlos Andrés Pérez, y en esas conversaciones surgió una empatía profunda a pesar de diferencias ideológicas, aseguró el Pérez Sánchez, quien estaba presente en su condición de miembro del Protocolo.

En el relato también quedó expresado que a nivel local Balaguer admiraba al líder perredeísta José Francisco Peña Gómez, visitándolo en la clínica cuando tenía problemas de salud. Además, reveló una versión inédita: “Peña no fue presidente por negarse a cambiar su candidato vicepresidencial, único requisito de Balaguer.

Sobre el fundador del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), profesor Juan Bosch, precisó que lo consideraba su adversario a carta cabal, pero lo admiraba por su fortaleza ante las adversidades políticas y los principios de libertad e igualdad de estatus social y oportunidades que profesaba.

El sucesor de Balaguer no reformista

Al ser preguntado sobre la figura que el doctor Joaquín Balaguer consideraba que podía sustituirlo en el liderazgo político, aún estuviera fuera de su partido, Reyes Sánchez respondió que indiscutiblemente era Leonel Fernández, a quien visualizó como su heredero natural.

En ese sentido, aseguró que no fue casual el apoyo que le brindó para que asumiera la primera presidencia de la República en 1996, acortando su período de cuatro años (1994-1998), y propiciando pactos impensables, incluso en políticas de desarrollo industrial más alineadas con Balaguer que con Juan Bosch, la figura que había formado políticamente a Leonel.

Otros de los elementos importantes señalados por el invitado a la “Mesa de Podcast” fue que Balaguer exhibía una memoria excepcional, pronunciando discursos improvisados de horas sin notas, aunque grababa citas para precisión.

Sus debilidades más notables, según explicó, incluían traiciones que lo entristecían, pero las superaba con resiliencia. Nunca lloró, aseguró. Cuidaba a personas vulnerables, como Héctor, un empleado con problemas mentales, a quien protegió tras un incidente durante una visita de Camilo José Cela.

El lado personal e íntimo

En asuntos personales, Balaguer controlaba presupuestos al centavo, revisando gastos semanalmente y esperando reportes incluso en Nochebuena.

El misterio de su familia persiste, como quedó consignado en este conversatorio con el veterano periodista Miguel Franjul y quien suscribe esta nota. “Está claro que no reconoció hijos públicamente, aunque los apoyó económicamente y explicó su soltería con humor”, dijo Reyes Sánchez.

“Me gusta desmontarme de la cama por cualquiera de los dos lados”, era la frase con la que el líder reformista que ha quedado registrado en la historia como el político dominicano de mayor trascendencia y acierto justificaba su desdén por el matrimonio y los compromisos propios del hogar y los hijos.

Finalmente, Reyes Sánchez exaltó el legado del doctor Joaquín Balaguer como símbolo de resiliencia objetiva, modelo de desarrollo, dureza con los propios y flexibilidad con los enemigos.

Para ver la entrevista completa acceda aqui: https://telesistema11.com.do/programacion/entre-periodistas/