Don Gregorio se rinde ante Vladimir Guerrero Jr.
Don Gregorio, Nizao, República Dominicana. — En una escena cargada de emoción, música y orgullo, Vladimir Guerrero Jr. fue recibido como un héroe este fin de semana en su natal Don Gregorio, luego de …

Don Gregorio, Nizao, República Dominicana. — En una escena cargada de emoción, música y orgullo, Vladimir Guerrero Jr. fue recibido como un héroe este fin de semana en su natal Don Gregorio, luego de su actuación histórica en la Serie Mundial con los Azulejos de Toronto, que marcó un capítulo inolvidable para el béisbol dominicano.
Cientos de fanáticos se concentraron en las calles del pequeño distrito de Nizao, provincia Peravia, ondeando banderas, vistiendo camisetas con su nombre y coreando consignas de apoyo al astro dominicano. Entre abrazos, selfies y aplausos, el toletero compartió con su gente, agradeciendo el cariño y recordando sus raíces humildes.
“Gracias a mi pueblo, a mi familia y a todos los que siempre creyeron en mí. Don Gregorio es mi casa, y aquí comenzó todo”, expresó emocionado Guerrero Jr., quien firmó pelotas, posó con niños y saludó a vecinos y entrenadores que lo vieron crecer en los terrenos polvorientos donde inició su carrera.
Su destacada participación en la Serie Mundial —donde dejó cifras récord y fue clave para llevar a Toronto a su primera final en más de tres décadas— ha consolidado su nombre entre los grandes del béisbol actual, siguiendo los pasos de su padre, el legendario Vladimir Guerrero Sr., miembro del Salón de la Fama de Cooperstown.
El ambiente festivo incluyó una caravana, música típica, y la presencia de autoridades locales y deportivas, que reconocieron el impacto de Guerrero Jr. como embajador del talento dominicano en las Grandes Ligas.
Con su sonrisa habitual y una bandera tricolor sobre los hombros, el joven pelotero cerró el recorrido saludando a los fanáticos desde una camioneta adornada con mensajes de orgullo: “Don Gregorio está contigo, Vladdy”.
Su regreso no solo celebra un logro deportivo, sino también la historia de perseverancia de un pueblo que ha visto nacer a dos generaciones de estrellas del béisbol.









