La reflexión de una mujer que gastó 78 mil dólares en un lifting facial: “¿Qué demonios hice?”
La agente inmobiliaria Erica Wolfe, residente en Júpiter, Florida, decidió someterse a una renovación estética completa después de vivir importantes cambios personales. Tras su divorcio, la mujer de 3…

La agente inmobiliaria Erica Wolfe, residente en Júpiter, Florida, decidió someterse a una renovación estética completa después de vivir importantes cambios personales. Tras su divorcio, la mujer de 38 años invirtió 78.000 dólares en diversos procedimientos faciales. Un mes y medio después, admite que atraviesa un proceso emocional y físico complejo, marcado por una recuperación extensa y resultados aún en evolución.
Wolfe relató su experiencia a la revista PEOPLE, donde describió los motivos que la impulsaron a pasar por una cirugía estética de alto costo y las dificultades a las que se enfrenta actualmente. “Sentí que era la primera vez en mi vida que se trataba de mí, así que podía hacer lo que quisiera sin que eso afectara a nadie más”, afirmó.

Como agente inmobiliaria de alto perfil, su imagen pública ocupa un rol central en su trabajo. Su rostro aparece en vallas publicitarias en Florida, protagoniza videos promocionales de su compañía, The Wolfe Team, y participa frecuentemente en conferencias del sector. Por ese motivo, llevaba años recurriendo a filtros y ediciones digitales para suavizar la zona debajo de los ojos, donde la flacidez le preocupaba cada vez más.
La decisión de operarse y los procedimientos realizados
En 2023, Wolfe se inscribió en la lista de espera del centro Fifth Avenue Plastic Surgery, ubicado en Delray Beach, considerado una clínica estética de lujo con una demora de dos años para consultas iniciales. Para el momento de su cita, en julio de este año, su vida personal ya había atravesado una transformación significativa: se divorció de su esposo tras 15 años de relación, perdió alrededor de 13 kilos, comenzó a practicar pilates y modificó su alimentación.

Aunque inicialmente buscaba una blefaroplastia inferior, terminó consultando además sobre la caída de sus mejillas, un efecto secundario de su pérdida de peso. “Empezamos a añadir cosas”, recuerda. Finalmente, se sometió a un lifting facial y de cuello profundo, una platismoplastia, un levantamiento de labio superior, lipoinjerto del tercio medio del rostro y un levantamiento de cejas endoscópico.
La suma total ascendió a 78.000 dólares, un monto que, según contó, pagó con una tarjeta de crédito. “Simplemente, lo cargué a mi Amex para obtener puntos”, declaró, señalando que recién ahora enfrenta el impacto financiero de la operación.

Una recuperación más difícil de lo previsto
Wolfe, que ya había tenido cirugías previas —incluida una rinoplastia en 2017 y otra corrección años después—, aseguró que nunca imaginó el nivel de exigencia del proceso actual. Antes de la cirugía, debió dejar el alcohol, reducir la sal, tomar vitaminas y nueve medicamentos prescritos. Tras la intervención, contó con una enfermera residente durante dos noches para ayudarla a controlar la inflamación y los cuidados específicos.
Los primeros días fueron especialmente complicados. La hinchazón, el dolor y el descamado intenso dificultaron reconocer su propio rostro en el espejo. Según relató, alrededor del día 10 vivió uno de los momentos más duros emocionalmente: “Me miré y vi que se me había desprendido la piel, y pensé: ‘¿Qué demonios hice?’”.

El cirujano le advirtió que la recuperación completa tomaría tres meses, pero Wolfe explica que luchar con el aspecto actual de su cara ha sido un reto mental considerable. “Siento que camino con cara de calabaza; que si alguien me clavara un alfiler, me reventaría la cabeza”, describió sobre la inflamación persistente.
Resultados, reacciones y futuras expectativas
Aunque reconoce frustración por áreas donde la hinchazón sigue siendo visible, como los pómulos, se mostró satisfecha con zonas como los labios, los ojos superiores y el cuello, cuyos cambios considera positivos. También mencionó que no anticipó la aparición de acné y brillo excesivo tras el procedimiento, efectos secundarios inesperados.
Durante la recuperación, Wolfe ha compartido actualizaciones diarias en TikTok, donde recibe comentarios divididos: desde quienes agradecen la información para planear sus propias cirugías estéticas, hasta quienes critican su decisión calificándola como un error. La empresaria afirma estar acostumbrada al escrutinio en redes sociales por su exposición constante en la industria inmobiliaria.

Wolfe reconoce que, desde fuera, algunos podrían interpretar su decisión como una crisis de mediana edad, especialmente tras su divorcio. Sin embargo, sostiene que la operación no nació del temor a envejecer, sino del deseo de sentirse bien consigo misma. “Nunca se trató de tener miedo a envejecer. No creo que me viera vieja”, aseguró.
Reflexionando sobre lo vivido, explicó que, si pudiera cambiar algo, habría contratado a su enfermera antes de la cirugía para prepararse mejor. Sobre lo que viene, mantiene expectativas positivas acerca de los resultados finales una vez que la inflamación desaparezca por completo.
“Pero de verdad espero que esto me funcione, y que cuando pasen esos tres meses diga: ‘Madre mía, qué bien se ve’. Tengo esperanzas”.









