Crujientes y deliciosas! Hoy es el Día Mundial de las Frituras
Cada 2 de diciembre se rinde homenaje a una de las técnicas culinarias más antiguas y universales: la fritura. Esta fecha busca resaltar la diversidad de platos que dependen del aceite caliente para l…

Cada 2 de diciembre se rinde homenaje a una de las técnicas culinarias más antiguas y universales: la fritura. Esta fecha busca resaltar la diversidad de platos que dependen del aceite caliente para lograr ese tono dorado, textura crujiente y sabor intenso que tanto caracteriza a la cocina alrededor del mundo.
Más que una técnica, freír es un puente entre culturas. Con el paso del tiempo, el Día Mundial de las Frituras se ha convertido en una oportunidad para que distintos países recuperen recetas tradicionales y reivindiquen la importancia de esta técnica dentro de su identidad gastronómica. En Latinoamérica, en particular, la fritura forma parte de la vida cotidiana, desde los puestos callejeros hasta las meriendas familiares, convirtiéndose en un elemento de memoria afectiva y cultura compartida.
Desde tiempos remotos, freír ha sido una herramienta versátil, capaz de conservar alimentos, realzar sabores y conectar prácticas culinarias de distintos continentes. Esta conmemoración invita a reconocer que la fritura no pertenece a una sola nación, sino que representa un legado de generaciones de cocineros, uniendo tradición, sabor y creatividad alrededor del mundo.
La riqueza latinoamericana
América Latina ofrece una de las panorámicas más variadas de preparaciones fritas.
En Perú, empanadas, picarones, chicharrones o anticuchos son parte del día a día.
En Venezuela, tequeños y arepas rellenas son emblemas del gusto popular.
En Colombia, buñuelos y papas rellenas conviven con una cultura callejera muy viva.

En México, tacos dorados, quesadillas fritas y churros forman parte esencial del repertorio gastronómico.
En Argentina, las milanesas, las tortas fritas y los pastelitos siguen siendo clásicos de reuniones familiares.
En Bolivia, las salteñas fritas, llauchas y masitas mantienen vivas recetas transmitidas de generación en generación.
En Centroamérica y el Caribe, plátanos fritos, yucas doradas, pescados y buñuelos completan escenas culinarias típicas.
Cada uno de estos ejemplos evidencia cómo la fritura actúa como un símbolo de pertenencia. Los ingredientes pueden variar según el clima y la tradición, pero el gesto de freír continúa siendo un ritual que une a familias, barrios y regiones.
Tradición y debate contemporáneo
El avance de esta celebración ha ido acompañado de conversaciones sobre los hábitos alimentarios y el uso del aceite en la cocina. Especialistas y aficionados han impulsado espacios donde se enseñan métodos para freír con mayor precisión, reducir la absorción de grasa o utilizar tecnologías que permiten obtener texturas crujientes con menos aceite.

Estas iniciativas no buscan desterrar la fritura, sino promover un equilibrio entre el disfrute gastronómico y prácticas culinarias más conscientes. Así, la fecha adquiere una doble dimensión: celebrar una herencia culinaria valiosa y, al mismo tiempo, reflexionar sobre cómo adaptar tradiciones antiguas a sensibilidades actuales.
Una práctica que permanece
El Día Mundial de las Frituras es mucho más que un recordatorio en el calendario. Es una oportunidad para reconocer una técnica que ha unido culturas, preservado recetas y generado momentos compartidos. En un contexto donde la gastronomía evoluciona constantemente, la fritura continúa ocupando un lugar destacado como expresión de sabor, memoria e identidad.









