Muere Rafael Ithier a los 99 años el pulso musical que fundó el gran combo de Puerto Rico
El mundo de la salsa amanece de luto. Rafael Ithier, el “máximo mulato”, cofundador, arquitecto sonoro y líder indiscutible de El Gran Combo de Puerto Rico durante más de seis décadas, falleció este s…
El mundo de la salsa amanece de luto. Rafael Ithier, el “máximo mulato”, cofundador, arquitecto sonoro y líder indiscutible de El Gran Combo de Puerto Rico durante más de seis décadas, falleció este sábado a los 99 años, dejando tras de sí un legado que marcó para siempre la historia de la música caribeña.
Figura clave en la evolución del género, Ithier fue mucho más que un músico: fue un director visionario, un organizador minucioso y el corazón que sostuvo a la llamada “Universidad de la Salsa”, un término que él mismo ayudó a consolidar gracias a su disciplina, elegancia y oído privilegiado.
Un talento nacido en cuna musical
Nacido el 29 de agosto de 1926 en San Juan, creció rodeado de acordes y serenatas. Su padre, Nicolás, lideraba un grupo de bohemia, mientras que su tío Salvador formaba parte del emblemático Trío Borinquen como guitarrista y segunda voz. Entre cuerdas y boleros se moldeó el temple artístico que, sin saberlo, cambiaría la historia musical de Puerto Rico y Latinoamérica.
Aunque de niño soñaba con brillar en los terrenos de béisbol, la música terminó por reclamarlo por completo. A los 14 años ya era parte del conjunto El Hawaiano, donde ganaba cuatro dólares por noche, una fortuna para un adolescente en aquellos tiempos, según él mismo relataba con humor en entrevistas.
El Gran Combo: la obra de su vida
Tras formar parte de Cortijo y su Combo y superar la crisis interna que sacudió al grupo, Ithier lideró la fundación de El Gran Combo de Puerto Rico en 1962, conjunto que bajo su batuta alcanzó fama mundial, se convirtió en escuela de grandes músicos y se mantuvo como una de las agrupaciones más influyentes de la salsa.
Su estilo al piano, su capacidad para seleccionar talentos y su visión de conjunto hicieron que el Gran Combo se mantuviera vigente por generaciones, resistiendo cambios musicales y, sobre todo, preservando la esencia bailable y caribeña del género.
Un legado que trasciende generaciones
Rafael Ithier no solo dirigió una orquesta: moldeó una cultura, consolidó un sonido y formó a decenas de artistas que hoy reconocen en él a un maestro. Su huella está en discos, escenarios, festivales y en el imaginario de millones de salseros en el mundo.
Su partida marca el cierre de una época, pero su música —esa que hizo bailar a abuelos, hijos y nietos— seguirá sonando como la mejor expresión del alma boricua.
