Humo de tercera mano: el peligro invisible del tabaco en hogares y espacios cerrados
El riesgo se agrava en viviendas multifamiliares de bajo costo, donde la contaminación por humo de tercera mano es más común. Los niños que gatean o llevan objetos a la boca están especialmente expues…
El humo de tercera mano es un riesgo silencioso vinculado al consumo de tabaco en espacios cerrados. Aunque menos conocido que el humo de primera mano (el que inhala el fumador) o el humo de segunda mano (el que respira el entorno), su impacto en la salud y en la calidad del aire puede ser devastador a largo plazo.
Investigaciones recientes de la Universidad de California, San Francisco advierten que este residuo tóxico persiste en superficies, telas, alfombras y paneles de paredes mucho después de haber fumado, afectando especialmente a niños, personas vulnerables y adultos mayores. Según el experto Neal Benowitz, los químicos presentes en el humo de tercera mano son similares a los del humo de segunda mano, conocidos por causar cáncer, enfermedades cardíacas y daños reproductivos.
El riesgo se agrava en viviendas multifamiliares de bajo costo, donde la contaminación por humo de tercera mano es más común. Los niños que gatean o llevan objetos a la boca están especialmente expuestos, ya que la piel también absorbe estos contaminantes. Estudios han mostrado que la exposición puede generar daños en el ADN, disfunciones inmunológicas y alteraciones de comportamiento.
Para reducir los riesgos, se recomienda realizar limpieza profunda de superficies, alfombras y muebles, e incluso, en casos graves, remodelar espacios para eliminar residuos.
California ha dado un paso pionero con la ley AB455, que clasifica el humo de tercera mano como un peligro ambiental, similar al plomo, el radón o el asbesto. La normativa obliga a informar sobre la exposición en transacciones inmobiliarias y educar al consumidor sobre los riesgos, promoviendo hogares más seguros.
