Especialistas argentinos advierten sobre seis mitos del vapeo que ponen en riesgo a los adolescentes
De acuerdo con la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT) y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la desinformación ha contribuido a posicionar el vapeo como una alternativa “moderna” y supuest…

El uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores continúa en aumento entre adolescentes y adultos jóvenes en Argentina y en distintos países del mundo, impulsado por mitos y falsas creencias que minimizan sus riesgos para la salud, advirtieron especialistas de sociedades médicas argentinas, según reportó Infobae.
De acuerdo con la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT) y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la desinformación ha contribuido a posicionar el vapeo como una alternativa “moderna” y supuestamente segura, especialmente a través de redes sociales y estrategias de marketing dirigidas a jóvenes.
En declaraciones recogidas por Infobae, el neumonólogo Alejandro Videla, presidente de la AsAT, señaló que “la publicidad encubierta en redes sociales ha sido muy efectiva en presentar el vapeo como moderno, seguro y menos peligroso que fumar, lo que dificulta la transmisión de los riesgos reales, especialmente entre los más jóvenes”.
Por su parte, el pediatra Fernando Burgos, del Hospital Austral y miembro de la SAP, advirtió en Infobae en Vivo que “el vapeo destruye el pulmón, altera el desarrollo y debería ser un tema central en la agenda de salud pública”, al alertar sobre el impacto en adolescentes cada vez más jóvenes.
Según los especialistas, estos son seis de los principales mitos que ponen en riesgo la salud de los adolescentes:
1. El vapeo ayuda a dejar de fumar.
Las entidades médicas aclaran que los cigarrillos electrónicos no están recomendados como método para dejar el tabaquismo, ya que su eficacia es igual o menor que la de tratamientos médicos aprobados y suele perpetuar la dependencia a la nicotina.
2. Es menos dañino que el cigarrillo tradicional.
No existe evidencia científica que respalde esta creencia. Los vapeadores contienen nicotina y otras sustancias tóxicas, y se asocian a un mayor riesgo de iniciar el consumo de cigarrillos convencionales.
3. No genera adicción.
La mayoría de estos dispositivos contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva, con mayor impacto en adolescentes, cuyo cerebro aún está en desarrollo.
4. Es legal y está regulado.
En Argentina, la ANMAT prohíbe desde 2011 la importación, venta y publicidad de cigarrillos electrónicos. No obstante, los dispositivos circulan en un mercado informal y sin control sanitario.
5. Los sabores son inocuos.
Los líquidos saborizados contienen compuestos químicos que, al calentarse, pueden generar sustancias irritantes y potencialmente dañinas para los pulmones.
6. Si no tiene nicotina, es seguro.
Aun sin nicotina, los aerosoles del vapeo contienen solventes y partículas que afectan las vías respiratorias.
Burgos también alertó que “no existe una dosis segura de vapeo” y que una cantidad reducida de inhalaciones puede equivaler a un paquete de cigarrillos en términos de nicotina absorbida. Además, se han documentado casos de lesiones pulmonares severas en adolescentes previamente sanos.
Las sociedades científicas argentinas reiteraron la necesidad de reforzar la fiscalización, sancionar la venta ilegal y frenar la publicidad encubierta, advirtiendo —según publicó Infobae— que legalizar estos dispositivos podría facilitar la aparición de una nueva generación de consumidores adictos a la nicotina.








