Sindicatos mineros habrían protagonizado choques con la Policía en protestas económicas en Bolivia
El conflicto se originó tras la eliminación del subsidio que durante más de dos décadas mantuvo congelados los precios de la gasolina y el diésel. Con la medida, la gasolina registró un aumento del 86…

Según informaciones y reportes de medios locales, sindicatos bolivianos protagonizaron este martes enfrentamientos con la Policía en el centro de La Paz, durante una jornada de protestas contra el decreto gubernamental que eliminó la subvención a los combustibles. En el desarrollo de las movilizaciones se registraron detonaciones de dinamita y petardos, mientras que las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y gas pimienta para impedir el avance hacia la plaza Murillo, sede de los principales poderes del Estado.
Las manifestaciones se concentraron en los accesos a la plaza Murillo, donde se ubican el Palacio de Gobierno y la Asamblea Legislativa. De acuerdo con los reportes, los manifestantes intentaron ingresar por distintos puntos, los cuales se encontraban resguardados con vallas metálicas y unidades antidisturbios. En varias zonas del casco histórico, mineros detonaron pequeñas cargas de dinamita, una práctica recurrente en protestas del sector.
Las movilizaciones fueron encabezadas por la Central Obrera Boliviana (COB) y la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), con el respaldo de trabajadores fabriles, maestros y otros gremios urbanos. El dirigente minero Andrés Paye reiteró la exigencia de la anulación del decreto 5503 y advirtió que las protestas continuarían, incluso durante las festividades de Año Nuevo.
El conflicto se originó tras la eliminación del subsidio que durante más de dos décadas mantuvo congelados los precios de la gasolina y el diésel. Con la medida, la gasolina registró un aumento del 86 %, mientras que el diésel alcanzó alzas de hasta un 162 %.
El Gobierno del presidente Rodrigo Paz, que asumió en noviembre, sostiene que la decisión es necesaria para garantizar el abastecimiento de combustibles y reducir la presión sobre las finanzas públicas. El ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, indicó que el subsidio representaba una carga significativa para el Estado y una de las principales causas del déficit fiscal, estimado en torno al 13 % del producto interno bruto.
Bolivia importa gran parte del combustible que consume debido a su limitada producción interna, situación que había provocado escasez durante más de un año, con largas filas en estaciones de servicio y efectos en el transporte y la producción de alimentos. Desde el Ejecutivo aseguran que la eliminación del subsidio permitió normalizar el suministro y generar un ahorro diario estimado en 10 millones de dólares.
La medida fue acompañada por otras disposiciones económicas, como el aumento del salario mínimo y el incremento de bonos para estudiantes del sistema público y adultos mayores. No obstante, los sindicatos consideran insuficientes estas compensaciones. El dirigente de la COB, Mario Argollo, calificó el decreto como perjudicial y cuestionó las facultades otorgadas al Banco Central para gestionar financiamiento externo sin aval legislativo.
Aunque la COB convocó a una huelga general indefinida desde el 22 de diciembre, su impacto ha sido desigual. Los mineros estatales continúan como el sector más activo, mientras que transportistas, comerciantes y mineros cooperativistas suspendieron sus protestas tras acuerdos parciales con el Gobierno. En paralelo, un grupo de mujeres mineras inició huelgas de hambre como medida de presión.
Hasta el momento, la Policía no ha reportado heridos ni detenidos. El Gobierno reiteró que no dará marcha atrás con el decreto y aseguró que mantiene abierta la vía del diálogo.








