El COVID desencadenó una “ola de ansiedad anticipatoria”, según expertos en salud mental de América Latina
Sentir ansiedad ocasionalmente ha sido una parte normal de la vida de los seres humanos. Sin embargo, en el contexto de enfrentar un año y medio de la pandemia por el coronavirus, aumentó la frecuencia de síntomas de ansiedad en la población. Hay una ola de ansiedad anticipatoria, coinciden con los expertos en psicología yContinue reading “El COVID desencadenó una “ola de ansiedad anticipatoria”, según expertos en salud mental de América Latina”
Sentir ansiedad ocasionalmente ha sido una parte normal de la vida de los seres humanos. Sin embargo, en el contexto de enfrentar un año y medio de la pandemia por el coronavirus, aumentó la frecuencia de síntomas de ansiedad en la población.
Hay una ola de ansiedad anticipatoria, coinciden con los expertos en psicología y psiquiatría de América Latina, por el temor a contagiarse el virus, a perder seres queridos o a morir, por sentir una gran incertidumbre sobre cuándo se terminará la vida pandémica a pesar de que los cuidados de prevención son necesarios para reducir el riesgo de contagiarse.
También se suma la incertidumbre diaria por situaciones económicas y la posibilidad de perder el trabajo o la dificultad de conseguirlo.
Días atrás, se conocieron los resultados de un trabajo en México. Los investigadores se propusieron estimar los casos de ansiedad generaliza -que es un cuadro de preocupación excesiva- entre abril y junio de 2020. Lo hicieron a través de una serie de encuestas telefónicas mensuales con 833 personas. “La prevalencia mensual de síntomas de ansiedad generalizada durante la pandemia por Covid-19 (…) se mantuvo en niveles altos entre abril y agosto de 2020, con una prevalencia de entre 30.7 y 32.6%”, informaron los investigadores en la revista Salud Pública de México.
En el momento en que se realizó el estudio, las personas más afectadas por la ansiedad eran las que vivían en hogares con menores de edad. También se registró más en las mujeres: “Posiblemente por la desigual distribución de las labores domésticas y de cuidados, en particular en un periodo de cierre de escuelas”, sostuvieron los investigadores del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad, Universidad Iberoamericana, en Ciudad de México.
Al principio de la pandemia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había advertido que existía la posibilidad de que las personas se sintieran más estresadas y preocupadas durante la emergencia de salud pública. La aparición de la enfermedad provocada por un virus gatilló una situación global y regional de incertidumbre ante la imposibilidad rápida de detenarla, y por el desconocimiento sobre cómo afecta a cada persona. Aumentó el miedo a enfermar y morir.
Mientras tanto, la investigación científica avanzó y llevó al desarrollo de vacunas eficaces y seguras contra la enfermedad causada por el coronavirus en menos de un año. Pero aún el impacto en la salud mental continúa.