Mortal colapso de la represa en Brasil fue un desastre esperando a suceder
Sao Paulo.- Las regulaciones laxas, la falta de personal crónico y una ley que ahogó las voces de los ambientalistas en las licencias de minería hicieron que el devastador colapso de una represa en el…
Sao Paulo.- Las regulaciones laxas, la falta de personal crónico y una ley que ahogó las voces de los ambientalistas en las licencias de minería hicieron que el devastador colapso de una represa en el sureste de Brasil estuviera casi destinado a suceder, dicen expertos y legisladores.
La falla de la represa que retuvo los desechos de mineral de hierro el 25 de enero desató una avalancha de lodo que enterró los edificios y contaminó el agua río abajo. Al menos 115 personas han muerto, y otras 248 personas siguen desaparecidas.
Pero una de las partes más crueles de la tragedia en Brumadinho es que ya sucedió: en 2015, las represas mineras explotaron en las cercanías de Mariana en lo que se considera el peor desastre ambiental de Brasil.
Además, podría volver a suceder, ya que muchos estados brasileños y el gobierno federal intentan facilitar la regulación en nombre del desarrollo económico.
En los tres años transcurridos desde que la ruptura de Mariana mató a 19 personas, la regulación de la industria se ha vuelto menos rigurosa en el estado de Minas Gerais.
Los problemas que existían cuando estallaron las represas en Mariana, como la dramática escasez de personal, han persistido, mientras que una nueva ley ha reducido la participación de los grupos ambientales en el proceso de concesión de licencias del proyecto.
Y el peligro sigue siendo generalizado: un informe de 2017 de la Agencia Nacional del Agua clasificó a más de 700 represas en todo el país como en alto riesgo de colapso, con un alto potencial para causar daños.
