Miguel Vargas rechaza intenciones de imponer medidas divorciadas de solución a crisis en el país
El ingeniero Miguel Vargas Maldonado llamó a la calma a quienes, desde instancias oficiales, han tomado la ruta de la imposición y el irrespeto al diálogo constructivo y al discernimiento.
Santo Domingo.- El ingeniero Miguel Vargas Maldonado llamó a la calma a quienes, desde instancias oficiales, han tomado la ruta de la imposición y el irrespeto al diálogo constructivo y al discernimiento.
El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) señaló que el país está dando señales claras hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos del gobierno y de su liderazgo político y social, en momentos de graves tensiones y de crisis que ponen en riesgo la estabilidad económica, la seguridad alimentaria y la gobernanza.
Expresó que “esas instancias deben retomar la calma y no propiciar con discursos beligerantes la imposición de temas y acciones fuera de tiempo y ajenos al momento actual”.
“No se trata de marchar ni dejarse arrastrar por enojos, sino de propiciar un ambiente de consulta, diálogo y concertación para afrontar los graves retos que enfrenta el país”, apuntó.
Vargas agregó que, como la oposición y amplios sectores sociales lo han expresado, no existen razones para someter a la nación a un proceso de reforma constitucional, cuando la población sufre los embates de una terrible carestía y preocupante deterioro en su calidad de vida.
“Nuestros productores están en vilo tras la aprobación de una ley de cero aranceles que pone en riesgo la industria y la estructura agropecuaria nacional”, advirtió el líder perredeísta.
“Es a temas como éste, como el desempleo, la violencia y la inseguridad ciudadana, a los que debemos abocarnos todos en estos momentos”, prosiguió.
Vargas Maldonado rechazó cualquier manifestación contraria a la búsqueda de soluciones rápidas y eficientes a la problemática actual y a los retos que afronta el país que son secuelas de factores externos como la pandemia y la guerra, además de temas internos como el descuido al campo y la educación, entre otros servicios vitales.
