Muerte de la reina podría afectar los lazos en Reino Unido
La reina Isabel II ha sido comparada como el pegamento invisible que mantenía unida a Gran Bretaña. Algunos consideran que el reinado de Carlos III verá cómo esos lazos se sueltan, lo que dará un mayor impulso a la búsqueda de independencia de Escocia.
LONDRES — La reina Isabel II ha sido comparada como el pegamento invisible que mantenía unida a Gran Bretaña. Algunos consideran que el reinado de Carlos III verá cómo esos lazos se sueltan, lo que dará un mayor impulso a la búsqueda de independencia de Escocia.
Pero el hecho de que la reina falleciera la semana pasada en el Castillo de Balmoral, en sus queridas Tierras Altas de Escocia, ha puesto a Escocia en el centro de la atención en medio de las conmemoraciones seguidas por el mundo en los primeros días tras la muerte de la monarca. Esto ha servido como un recordatorio de los profundos lazos de la reina con Escocia y podría ser un impulso para la unión.
El historiador escoces Tom Devine dijo que por una “serendipia extraordinaria” la reina falleció en Escocia y “fue posible que el mundo apreciara la relación entre la reina y este país”.
“Fue un final adecuado para una vida de servicio y una vida de atención para las cuatro naciones, no sólo una nación, del Reino Unido”, dijo.
En una conmovedora muestra de respeto, miles de personas se formaron en la ruta de 280 kilómetros (175 millas) de Balmoral a la capital escocesa, Edimburgo, mientras el ataúd de la reina avanzaba en una lenta procesión. El lunes los restos de la reina fueron llevados en un cortejo fúnebre por Milla Real de Edimburgo rumbo a la Catedral de San Giles, donde miles de personas más llegaron para darle el último adiós el lunes.
La reina tenía un vínculo profundo con Escocia. Además de pasar sus veranos en Balmoral, su madre, la fallecida Reina Madre, era escocesa, y cuando era niña, Isabel creció jugando en la residencia de sus abuelos, el Castillo Glamis, en el centro de Escocia.
Hasta ahora sólo ha habido pequeñas protestas de manifestantes antimonárquicos. Una mujer fue arrestada en Edimburgo el domingo por alterar el orden público tras mostrar un letrero profano pidiendo la absolución de la monarquía.
El rey Carlos III se apresuró a subrayar que será un monarca para todo el Reino Unido, y en sus primeros días en el trono emprenderá una gira por todo el país. Estuvo en Escocia el lunes para el cortejo fúnebre y misa conmemorativa de su madre, tras esto planea visitar Irlanda del Norte y Gales más adelante en la semana, donde asistirá a otras misas conmemorativas en Belfast y Cardiff.
Escocia, Gales e Irlanda del Norte son parte del Reino Unido, pero tienen historias distintas, y lazos complejos con Inglaterra, que domina el Reino Unido, tanto en población como en política.
Algunos nacionalistas galeses se opusieron a que el título de príncipe de Gales fuera conferido recientemente al príncipe Guillermo, un título que se otorga al primero en la línea de sucesión al trono británico tras la conquista inglesa de Gales en el siglo XIV.
El estatus de la monarquía siempre ha sido frágil en Irlanda del Norte, donde hay dos comunidades principales: los unionistas, que se consideran británicos, y los nacionalistas que se ven como irlandeses. Esta separación alimentó las décadas de violencia del Conflicto norirlandés, conocido en inglés como The Troubles, y continúa siendo una gran división. Pero en una señal de lo lejos que ha llegado Irlanda del Norte en su camino hacia la paz, representantes del partido Sinn Fein, vinculado al Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés), asistirán a los eventos conmemorativos de la reina en Belfast.