Jairo González el cristiano de las criptomonedas se habría graduado de una universidad que el mismo fundó
Mucho se ha hablado de Jairo González, el hombre acusado de estafar a cientos de personas con miles de dólares tras prometer que les devolvería de un 8 a un 10% de la inversión en tres meses. Pero, ¿quién es al que apodan el cristiano de las criptomonedas?
Por: Fabiola Núñez
Mucho se ha hablado de Jairo González, el hombre acusado de estafar a cientos de personas con miles de dólares tras prometer que les devolvería de un 8 a un 10% de la inversión en tres meses. Pero, ¿quién es al que apodan el cristiano de las criptomonedas?
Jairo Joel González Durán es un joven dedicado al negocio de las criptomonedas, trading, e inversiones en la bolsa de valores.
Figura como el propietario de la empresa Harvest Trading Cap, que además ofrece servicios de asesoría. En la cuenta de YouTube se observan audiovisuales de los encuentros con personas que buscan estos servicios.
La empresa habría sido fundada en 2020, sin embargo, algunas personas que denunciaron estafa de parte del empresario, alegan que la compañía tenía operando alrededores de 4 años.
Jairo asegura tener una maestría en Banca y Mercados Financieros de la Universidad San Miguel de México. Además, estudió en la Universidad Andragogy Autonomous de Estados Unidos. Pero esta academia fue fundada por el mismo junto a otro ciudadano guatemalteco, llamado Gustavo Roberto Torres Marroquín.
Gonzales hizo su vida en Los Alcarrizos, pero ya hasta conoce Dubai. En sus redes sociales se le ve viajar en Jets privados y utilizar relojes y vehículos alta gama.
Recientemente, la Superintendencia del Mercado de Valores informó que la empresa Harvest Trading Cap, no está registrada en el registro del mercado de valores, por lo que la compañía y sus propietarios no están autorizados, regulados ni supervisados por ese órgano regulador.
DESPEDIDA: En contra de Jairo González ya pesan cientos de denuncias por estafa y abuso de confianza y en caso de ser hallado culpable enfrentaría una pena de unos 10 años de prisión.