El pastor Carlos Peña dijo que, en el proyecto de Modernización Fiscal que el gobierno pretende implementar para recaudar 122 mil millones de pesos, las comunidades evangélicas enfrentarán una serie de impuestos que, en su opinión, encarecerían el costo de seguir a Cristo y podrían limitar el acceso de muchas personas a la fe y a la vida comunitaria.
Peña denuncia que la reforma no solo implica impuestos directos a las instituciones religiosas, también el cobro de arbitrios que impactarán el funcionamiento cotidiano de las congregaciones. Para el pastor, esta situación representa una carga adicional que afectará a los líderes religiosos y a los fieles que encuentran en la iglesia un espacio de apoyo y comunidad.
Ante esta realidad, el pastor hace un llamado al gobierno para que retire la reforma del Congreso Nacional e invita a la población a participar en los cacerolazos contra el paquetazo fiscal, que, en lugar de promover el bienestar, impone obstáculos que dificultan la labor de las iglesias y su misión de servicio, entre otros impuestos que perjudican a la población.