Cómo prevenir los golpes de calor: claves para reconocer los síntomas y actuar rápido
Se acerca el verano, las temperaturas se eleven y el organismo debe poner en marcha los mecanismos de adaptación en forma paulatina. Se define al golpe de calor como un golpe térmico que produce una d…

Se acerca el verano, las temperaturas se eleven y el organismo debe poner en marcha los mecanismos de adaptación en forma paulatina.
Se define al golpe de calor como un golpe térmico que produce una disfunción orgánica. Ante esta situación, el paciente debe ser tratado inmediatamente.
Muchas personas trabajan en lugares con calor excesivo, como quienes están expuestos al sol, albañiles, cosechadores o quienes trabajan con hornos, como los panaderos.
Frente a esta situación es el cuerpo el que habla, se agota y aparece la sintomatología.
Se recomienda que, ante los días de calor intenso, se restrinja la actividad física, usar ropa clara, ligera, holgada, sombreros de ala ancha, gorros, gafas UV, protector solar, permanecer en lugares frescos y, en caso de usar el aire acondicionado, se recomienda usarlo a 24°C.

Es importante poder reconocer los signos y síntomas tempranos:
- Cefalea.
- Debilidad.
- Náuseas.
- Mareos.
- Piel roja, caliente y húmeda.
- Fiebre de 40°C.
- Pulso acelerado.
- Aletargamiento.
- Calambres musculares.
De esta manera, se puede realizar un diagnóstico precoz y evitar llegar a una situación extrema, donde los signos y síntomas son ya de gravedad.
- Temperatura corporal alta.
- Piel caliente y seca. Ya no hay sudor.
- Estado de confusión.
- Irritabilidad.
- Desorientación.
- Dificultad para hablar o responder.
- Pérdida de conocimiento.
- Convulsiones.

¿Qué se debe hacer ante la presencia de estos síntomas?
- Ventilar el ambiente.
- Llevar a la persona a ese lugar fresco.
- Aflojar la ropa.
- Mojar la cabeza y el cuerpo.
Ante el agravamiento del cuadro, se recomienda trasladar al paciente a un centro asistencial o llamar al servicio de emergencias.
Precauciones que se deben tener presentes:
- Hidratación de 2 a 2 litros y medio de agua por día.
- Evitar el sol en horas de mayor intensidad (recuérdese entre las 10 y las 16 hs, en especial).
- Cuidar el ambiente, ventilarlo en las primeras horas de la mañana y a la noche.
- Bajar persianas.
- Caminar igualmente por zonas donde haya sombra.
- Evitar bebidas azucaradas.
- Evitar bebidas alcohólicas o que contengan cafeína, pues aumentan la deshidratación.

Dos grupos etarios muy importantes
Los niños y adultos mayores se encuentran más expuestos, ya que el cuadro puede manifestarse de manera silenciosa. En el caso de los bebés, se debe aumentar el amamantamiento, y al adulto mayor, al tener inhibido el centro de la sed, se le debe ofrecer agua cada media hora aproximadamente, aunque no haya sed.
Nunca dejarlos solos. Además, es importante cuidar la dieta, con ingesta de ingredientes frescos, controlar la cadena de frío y evitar comidas copiosas, porque aumentan la producción de calor interno.
Se aconseja que, ante la aparición de los primeros síntomas, se debe actuar de inmediato para evitar el daño de órganos vitales.
También recordar que los animales de compañía sufren calor: ofrecerles agua y nunca dejarlos en el vehículo.
Los días de calor se deben usar ventiladores o el aire acondicionado, pues de esta manera el cuerpo se refresca y se cumple el objetivo de que la temperatura corporal se mantenga entre los 36,5 y 37°C.
* La Dra. Stella Maris Cuevas (MN: 81701) es médica otorrinolaringóloga – experta en olfato – alergista, expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).









