De José José a Jenni Rivera: las herencias malditas de cantantes que destruyeron familias
La fama de un artista lo persigue hasta después del último de sus días. La fortuna que amasa durante años para heredarle a su familia muchas veces ocasiona que su nombre vuelva a estar al centro de lo…
La fama de un artista lo persigue hasta después del último de sus días. La fortuna que amasa durante años para heredarle a su familia muchas veces ocasiona que su nombre vuelva a estar al centro de los reflectores, aunque ya no se encuentre presente en este plano.
Así le ha ocurrido a cientos de cantantes, compositores, productores y cualquier tipo de presencia en el ámbito del espectáculo musical. Las disputas por sus herencias provocan escándalos y polémicas que terminan por romper familias enteras, incluso mucho más que la noticia de su fallecimiento.
Desde el género de la música regional, hasta la balada, las peleas encarnadas por los bienes no discriminan a ningún género musical y manchan el nombre de aquellos cuyas canciones marcaron generaciones enteras.
José José: la disputa entre dos familias
José Rómulo Sosa Ortiz, conocido como José José, nació en la Ciudad de México en 1948 y murió en Homestead, Florida, en septiembre del 2019. Hasta el día en que “El Príncipe de la Canción” dejó de respirar, su vida se vio marcada por el enfrentamiento entre sus dos últimas esposas: Sara Salazar y Ana Elena Noreña, mejor conocida como Anel.
En abril del 2021, casi dos años después del fallecimiento del cantante, compositor y productor, Anel anunció a través de sus redes que era ella la persona a quien José José dejó destinada su herencia, valuada en un USD 1,500,000, además de una casa en Miami y alrededor del 8% de los derechos de sus canciones.
“Hoy, legal y jurídicamente se dictaminó tu palabra y tu voluntad. Soy tu heredera universal de un legado que construimos juntos. Qué dicha, qué alegría, qué gozo”, escribió Noreña en una publicación. Este legado incluye a los dos hijos que tuvieron José Francisco Carmelo, conocido como José Joel, y Marysol Estrella.
Ante ello, los representantes legales de última esposa de “El Príncipe de la Canción”, Sara Salazar, y la hija que tuvo con ella, Sara Sosa, declararon que este último testamento, escrito en 1988, no tiene valía. Esta versión generó una gran polémica entre la familia del artista, pero también en el público.
Según la explicación del especialista en derecho, se debe a que el intérprete de Gavilán o paloma murió en los Estados Unidos y no en México, de donde se supone que es el testamento compartido, por lo que las leyes que entrarían en vigor son las de Homestead, Florida.
Debido a este pleito, se destapó que el pleito entre los hijos de José José comenzaron desde el 2018, pues Sara Sosa se llevó a su padre fuera de México sin consentimiento de nadie, ni del mismo cantante.
“No es un pequeño pleito de hermanitos o de exesposas, no es eso, nos quitaron a mi papá y nos avisaron el día que se murió, no es justo”, expresó Marysol en una entrevista.
Sin embargo, la disputa no acabó ahí. A principios de julio de este año, “las Saras” presentaron una solicitud en Estados Unidos para nombrar como heredera universal a Salazar. En los documentos, revelados por Suelta la Sopa, sólo se encuentra el nombre de Sara Sosa como hija legítima del cantante, por lo que negó la existencia de los dos mayores.
“Lamento que esta siga siendo la manera de actuar de mi media hermana y compañía, más allá de herencias y ‘fortunas’. Todo, desde que se llevaron a mi papá de México, hasta el día de hoy, lo han llevado de forma incorrecta y engañosa, denostable y deleznable”, escribió Marysol en un comunicado.
Por su parte, José Joel declaró que “es un delito de cárcel el estar presentando documentación falsa”, en una entrevista con TV Azteca.
Ambas Saras buscan que se desconozca el testamento que escribió el también actor en México, para que toda la herencia, incluidas las propiedades en Estados Unidos, sean dirigidos únicamente a ellas dos.
La polémica de la Dinastía Rivera
Las polémicas acompañaron a “La Gran Señora” incluso hasta después de su muerte. Después de que el avión en el que viajaba junto a su abogado, un maquillista y un peinador se desplomara en los primeros minutos del 9 de diciembre del 2012, quedó en duda a quién le correspondería administrar la fortuna que logró acumular Rivera en sus años de vida.
Fue su hermana Rosie la encargada de vigilar la empresa Jenni Rivera Enterprises, que al principio estaba valuada en USD 25 000 000, pero con el tiempo y la noticia de su fallecimiento aumentó considerablemente, gracias a la venta de discos y ejemplares de su autobiografía Inquebrantable.
Dentro de ese testamento, que según Lupillo Rivera la misma Jenni modificó unos días antes de fallecer, no contempló a Janney Marín Rivera, mejor conocida como “Chiquis”, debido a que se rumoró que la hija de mayor de la cantante se relacionó sentimentalmente con Esteban Loaiza, quien fue pareja de la intérprete de Basta Ya.
Sin embargo, en mayo de este año, a casi ocho años de la fatídica noche del 8 de diciembre, Rosie anunció que dejaría el puesto de CEO de Jenni Rivera Enterprises, con la intención de construir una vida lejos de ese tema, pues ser la albacea de los bienes le provocó mucha presión.
Este anuncio provocó que los hijos de Jenni, cuyos nombres son Johnny López, Michael Marin, Jackie Rivera, además de Chiquis, solicitaran una auditoría para conocer el estado de la herencia.
“No es una auditoría, es una contabilidad de las empresas por lo que dice el testamento de mi mamá, dice que nosotros deberíamos de recibir una contabilidad al final de cada año, pero nunca hemos recibido algo”, expresó Johnny en una polémica entrevista para el medio Suelta la Sopa.
Este escándalo generó todo tipo de críticas entre el público, pues aseguraban que los hermanos de la intérprete de Inolvidable habían estado robando el dinero que le correspondía a sus hijos. A pesar de haber aclarado públicamente que no considera que sus tíos le hayan robado, Johnny sí expresó que han sufrido manipulación para guardar silencio sobre el dinero.
“Dicen que somos niños y que no somos agradecidos, la última vez que hablé con Juan me dijo que solo porque era hijo de mi mamá yo no tenía derecho a hacer preguntas”, declaró López para El Gordo y la Flaca.