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El País

Defensoría Pública: “Ricos y pobres deben tener las mismas oportunidades de reivindicarse y reinsertarse en la sociedad”

Dos expertas en estudios de crímenes y delitos que abogan por el respeto de los derechos humanos de quienes caen en prisión, abordan los motivos por los cuales defienden a los “malos de la película” …

Redaccion Telenoticias • October 9, 2025 8:23 am
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Por Wendy Santana

Santo Domingo, DN. El programa “Entre Periodistas” vuelve a ser el escenario para develar las realidades impredecibles del Sistema Penitenciario Dominicano y donde se plantean soluciones palpables que, aunque han sido citadas en otros tiempos, se estancan por conveniencias particulares o desinterés social.

Esta vez le tocó el turno a Croniz Bonilla, subdirectora de la Oficina Nacional de Defensa Pública, y Yurisssan Candelario, coordinadora del Departamento de Carrera y Desarrollo del organismo, ambas especialistas en temas de corrupción, crimen organizado, derecho penal y derechos humanos.

El enfoque de la Serie Penitenciaria parte de los problemas que generan en las cárceles los prisioneros que llegan por delitos cometidos en medio de crisis de salud mental, no reconocidas por el personal de la reclusión.

También por el deterioro progresivo de la estabilidad emocional de personas que esperan o cumplen condenas y se ven sometidos a terribles “torturas” de hacinamiento, indiferencia de las autoridades, dejadez en la agilización de los procesos judiciales o desprecio de la sociedad y opinión pública.

Aquí un resumen de los planteamientos de las expertas en la mesa de podcast del programa “Entre Periodistas”, transmitido el pasado domingo por Telesistema, Canal 11.

 

CONVERSATORIO

EP– Ustedes han estudiado el comportamiento de los internos en las cárceles y saben de dónde viene la mayoría de las personas que delinquen, y cómo viven tras las rejas.

¿Han observado sus orígenes, antecedentes familiares, motivaciones para violar la Ley?

Yarissán Candelario: En nuestro caso, como defensora de ejercicio de 16 años, hemos visto a muchas personas privadas de libertad sometidas a un proceso penal y cuando conversamos o las interrogamos siempre hacemos una especie de trabajo social, sociológico. Les preguntamos sobre su entorno, cómo ha sido el desarrollo de su familia desde que nacieron, cómo fue su desarrollo. Esa es una previa para adentrarse a estudiar el expediente. Como defensores públicos tenemos un lema: No defendemos expediente, defendemos personas. Entonces, nuestra defensa, teoría y estrategia se centra en la génesis de lo que fue su desarrollo. Si viene de un hogar disfuncional, sin padres o solo con uno de ellos, si es un adulto que pasó por la justicia penal juvenil en algún momento, todo eso se toma en cuenta para defender sus derechos a exponer las causas de los hechos que cometieron.

EP: ¿Qué resultado ha tenido ese confesionario? ¿Qué han descubierto ustedes?

Sí, en mi caso particular y sé que muchos de mis compañeros defensores también lo vivieron, pudimos observar que la mayoría venían de hogares disfuncionales, de hogares donde no estaba el padre o la madre, o se criaron con una tía, abuela o con un vecino porque su papá está preso o tienen una madre ausente. Nos llegan también casos de hijos de madres o padres que consumían drogas y los jóvenes terminaron atracando en las calles, traficando drogas o matando personas por paga.

EP: Esa situación es muy preocupante. UNICEF publicó unos datos interesantes: La violencia intrafamiliar ocupa el primer lugar en violaciones de derechos en la infancia. “El 63.5% de los niños sufre algún tipo de violencia en el hogar, y la mayoría (70%) tiene entre 3 y 4 años de edad”.

¿Cómo ve la Justicia esto?

Croniz Bonilla: Mire, nosotros tenemos que entender que muchas veces queremos ver el problema, pero como lo decía la licenciada Yurissan, lo que evaluamos es la persona y su génesis. Como defensores públicos, lo que buscamos es preservar que se respeten los derechos de quienes están atados a un proceso. No buscamos ver por qué lo hizo. Tenemos un rol dentro de un conocimiento, de un proceso, que es convencer al juzgador de que no puede juzgarlo si no conoce de dónde viene y por qué esa persona tuvo un comportamiento o no lo tuvo. Dentro de mis años de defensora pública he tenido la oportunidad de litigar y me he encontrado con escenarios donde el acusado es la víctima o la víctima es el victimario.

EP: ¿Los reformatorios para menores todavía existen en el país?

Todos sabemos que para los jovencitos que han cometido algún delito y caen en un reformatorio, diríamos prisión o internamiento para su recuperación, no hay seguridad de que pueden restablecerse totalmente porque la experiencia ha sido tan desastrosa que difícilmente puedan reintegrarse en la sociedad como si nada hubiese pasado. Entonces, no se ha reformado nada. Son pocos los que han recapacitado o no reincidir. Porque los sistemas carcelarios no funcionaron.

EP: Es muy penoso que un joven se frustre su vida a muy temprana edad. ¿Por qué no se hace más por salvar ese futuro?

Croniz Bonilla: El Estado tiene la obligación de protección y así lo establece la Constitución de estos menores. Es decir, si ya uno te falla (el hogar), pues el Estado como tal está fallando en la protección de los niños, niñas y adolescentes. Pero igual, si el Estado no invierte en la educación y en los hogares, no se invierte para que estos menores tengan la oportunidad que se requiere. ¿Cuál es la oportunidad que se requiere? Que ellos, dentro de esa niñez o adolescencia, pues tengan educación de calidad, salud, recreación de calidad y puedan ser partes de un futuro eh prometedor

EP: Observamos que la mayoría de las personas que cometen delitos vienen de hogares deformes. Pero también de los que no tienen esa condición. ¿Dónde está el punto de inflexión común aquí?

Yarissan Candelario: Así como el niño pobre se siente abandonado por sus padres, hay niños, hay jóvenes que se sienten abandonados dentro de sus propios hogares, dentro de sus propias habitaciones. Están en un hogar, pero están con un problema y sienten que nadie puede resolvérselo. Entonces, hay que incluirlo a todos en ese globo. Claro. Por ejemplo, en los barrios tenemos a los jóvenes marginados, falta de oportunidades, basura, ruido, desorden, gente sin trabajo. Mientras, en los sectores de clase media-alta mayormente el niño vive con sus padres, pero hay soledad, llegan de los colegios y nadie los espera, no los monitorean ni verifica sus amigos, sus acciones. Entonces, los antivalores están en la sociedad, por donde quiera. Es un espejismo pensar que sólo se contaminarán los pobres. Todos corren peligro.

EP: ¿Cuál sería el antídoto para el flagelo social de “quererlo todo rápido y fácil” sin pensar en los demás ni en lo que vendrá en prisión?

Yarissan Candelario: Los hijos copian el modelo de sus padres o de la sociedad en su conjunto. Entonces, definitivamente tenemos que volver a la génesis y formar en principios y valores. No basta con traerte al mundo o darte dinero para pagar la universidad. Nosotros, por ejemplo, en Defensa Pública que asistimos a los “pies descalzos”, asistimos a los que no tienen con qué pagar un abogado, pero nos preguntamos, ¿Por qué asistimos a los pies descalzos? ¿Qué está pasando? ¿Por qué sólo la minoría tiene derecho a lo que por ser humano y por ser parte del universo, por estar vivo, les corresponde? ¿Por qué un niño no puede tener una buena educación? ¿Por qué no puede contar con un buen abogado que lo defienda, entendiendo el porqué de sus fallas a la sociedad…

EP: Ya conocemos el problema, ahora vamos a ver cuáles son las soluciones que ustedes plantean como entes de la Justicia en favor de los más necesitados.

Croniz Bonilla. La responsabilidad es de todos. Y no es darle dinero. No es darle el pescado, es enseñarte a pescar. Es que yo no voy a resolver el problema cuando estoy en un semáforo y bajo el cristal y le doy dinero a un niño o adolescente. ¡Ojo! Es muy probable que ese niño no tome ese dinero para él. Es muy probable que esté siendo usado para pedir en un semáforo y entregar ese dinero a un adulto que muchas veces puede ser que sea su padre, pero ese padre es un agresor, es alguien que consume alcohol u otras drogas. Entonces, no tiene el Estado instituciones que deben rescatar a esos niños de esos ambientes tóxicos. ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué dicen que lo hacen y no lo hacen?

EP: No sólo en los semáforos hay niños desprotegidos. ¿Cómo los contabilizamos?, ¿Cómo los ayudamos?

Croniz Bonilla: Es una población joven perdida que tenemos. Y es mucha. Si usted se va alrededor de la Zona Colonial, cuántas personas usted encuentra “tiradas” en las calles. Gente joven en estado de salud mental grave. Entonces, nosotros todos somos responsables. Hay que hacer conciencia del daño que se le hace a los niños con el abandono, la desprotección, la incomprensión. Tenemos que colaborar para que el Estado funcione. La persona que yo asisto, defendiéndolas con un código, es también ayudarlas a que tengan una vida mejor, orientándola y buscándole, incluso, ayudas con redes de apoyo que puedan socorrer a esa persona.

EP: ¿Dónde comienza y dónde termina el trabajo de un defensor o defensora pública?

Croniz Bonilla: Como defensora pública yo tengo que preocuparme porque la parte del respeto a los derechos humanos y a la igualdad de condiciones se cumpla, tanto durante el proceso judicial que tenga abierto como ya procesado y /o condenado judicialmente. Mi trabajo no termina en participar en una audiencia y bajar de ahí. Yo le doy seguimiento a todo hasta el final, que puede ser el cumplimiento de la condena y la reinserción social, o la interrupción de la condena por buena conducta o acogida de los dictámenes especiales de Libertad Condicional, la suspensión de la pena, los indultos por salud o reconsideración de la condena. El hecho es que el desposeído pueda obtener una oportunidad para reorganizar su vida igual como lo hace el que puede pagar por las gestiones para esos fines.

EP: ¿Qué hace falta para que el Sistema Penitenciario cumpla su propósito de reinserción social, evite reincidencia y garantice seguridad?

Yarissán Candelario: Pues bien, hace falta una campaña de mayor orientación, mayores aportes del gobierno, mayor participación de las personas pudientes en los programas de reinserción social, los programas de educación y todo eso. Responsables somos todos. Pero hace falta que desde arriba hacia abajo se creen las políticas públicas necesarias para erradicar esa situación. Hay que sentarse en esta mesa que pudiéramos decir es una mesa del diálogo. Vamos a convocar a todos los sectores. Ya tenemos identificadas las problemáticas. Vamos a trabajar los indicadores con un objetivo específico y vamos a erradicar el mal que todos sabemos que hay, pero que ninguno toma las herramientas para trabajar en el proceso. Yo voy a cerrar con esta conocida frase: “Instruye al niño en su camino y cuando sea grande no se apartará de él”.  Hay que volver a los principios más básicos y sencillos que han regido a nuestra humanidad. La educación. Esa es la base de la sociedad justa y buena que todos deseamos tener.