Desastre aéreo en Irán dejó varios países en luto
El accidente aéreo ocurrido el miércoles en Teherán provocó la muerte de 176 personas, en su mayoría iraníes y canadienses, y dejó a familiares y amigos en varios países sumergidos en el luto y el dol…
El accidente aéreo ocurrido el miércoles en Teherán provocó la muerte de 176 personas, en su mayoría iraníes y canadienses, y dejó a familiares y amigos en varios países sumergidos en el luto y el dolor.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pidió el miércoles una “investigación exhaustiva” sobre el desastre con el avión perteneciente a una compañía aérea ucraniana, que se estrelló poco después de despegar desde la capital iraní.
“Los canadienses tienen preguntas que hacer y merecen respuestas”, dijo Trudeau en una conferencia de prensa.
La catástrofe con el Boeing 737 de la compañía privada Ukraine International Airlines (UIA) ocurrió en un contexto de graves tensiones entre Irán y Estados Unidos, y poco después del lanzamiento de misiles por parte de Teherán contra bases militares en Irak utilizadas por tropas estadounidenses.
Sin embargo, no hay indicios de que estos eventos estén vinculados y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, advirtió contra toda y cualquier “especulación”.
El vuelo PS752 despegó a las 06:10 hora local desde el aeropuerto Imán Jomeini, de Teherán, en dirección al aeropuerto de Boryspil, en Kiev, pero desapareció de los radares dos minutos después.
La aeronave se estrelló poco después del despegue en campos agrícolas a unos 45 km al noroeste del aeropuerto, según la prensa iraní.
Imágenes captadas por aficionados y publicadas por los medios estatales iraníes muestran que el avión en llamas pierde altitud y luego explota al impactar en el suelo. Un experto en aviación y profesor de la Universidad de Tampere en Finlandia, Stephen Wright, dijo que AFP tenía dudas de que el avión fuera derribado.
Según la diplomacia ucraniana, estaban a bordo del Boeing 82 ciudadanos iraníes, 63 canadienses, diez suecos, cuatro afganos y tres británicos. Otros once eran ucranianos, incluidos los nueve miembros de la tripulación.
De los ciudadanos canadienses, unos 30 provenían de la región de Edmonton, en el oeste del país, donde reside parte importante de la diáspora iraní.
“Perdimos alrededor del 1% de nuestra comunidad en este accidente”, dijo un miembro de la comunidad iraní local.
“Todos están conmocionados”, dijo Kavoss Zadeh, un residente de la “Pequeña Teherán”, un barrio de Toronto.
Entre las víctimas había “una pareja de recién casados, una familia de cuatro personas, una madre y dos hijas, estudiantes brillantes, académicos dedicados”, enumeró Trudeau.
El ayatolá Alí Jamenei, el guía supremo iraní, transmitió por Twitter sus “sinceras condolencias” a las familias de las víctimas de este accidente “desastroso”.
En el aeropuerto de Boryspil, en Kiev, docenas de personas presentaron sus últimos respetos a los miembros de la tripulación que murieron en el accidente, frente a sus fotos alineadas detrás de velas en escritorios cubiertos de flores.
“Los conocía a todos”, dice Artem, un piloto de la misma compañía, quien afirma haber visto a los integrantes de la tripulación antes de partir hacia Teherán.
“Estaban muy preocupados, tenían un mal presentimiento”, dijo el joven.
Según la lista de pasajeros para el vuelo, al menos 25 de ellos tenían menos de 18 años. Trece personas eran estudiantes de la Universidad Sharif, en Teherán, una de las más prestigiosas del país, según la agencia de noticias semioficial Isna.
La televisión oficial iraní emitió imágenes del lugar del accidente en las que se ve a los socorristas de la Media Luna Roja iraní buscando en un terreno en el que hay restos de materiales esparcidos.
Las imágenes del sitio del drama muestran a los rescatistas excavando un terreno baldío donde se encuentran los escombros dispersos. Los equipos de rescate llevan bolsas para cadáveres, otros recogen pertenencias personales de los pasajeros.
Por su parte, Estados Unidos pidió “una cooperación total con cualquier investigación sobre las causas”, en una advertencia apenas velada a Irán, ya que el gobierno apuntó que se negaba a entregar cajas negras al fabricante del avión, la estadounidense Boeing.
“No le daremos las cajas negras al fabricante ni a los estadounidenses”, señaló Ali Abedzadeh, director de la Organización de la Aviación Civil de Irán, citado por la agencia Mehr.
Según la empresa UIA, que suspendió sus vuelos a Teherán, el Boeing 737, construido en 2016, había sido sometido a un control técnico hace dos días.
Es el primer accidente mortal de esta aerolínea, que pertenece en parte al oligarca Igor Kolomoïski, un empresario próximo del presidente Zelensky.
El mandatario, quien interrumpió sus vacaciones en Omán a causa del desastre, ordenó una investigación antes de anunciar el viaje de investigadores ucranianos hacia Teherán.
Boeing, afectado por el escándalo que rodea a sus 737 MAX en tierra desde hace 10 meses, indicó en un comunicado que está “dispuesto a ayudar por todos los medios necesarios”.
Unos pocos países -incluyendo Estados Unidos, Alemania y Francia- tienen la capacidad técnica para analizar cajas negras.
El primer ministro ucraniano Oleksi Gontcharouk indicó que Kiev negocia con Teherán para que autorice el acceso al lugar del accidente a los investigadores ucranianos.