Dirigente juvenil llama a priorizar la salud mental materna, en el Día de las Madres
En su escrito titulado “Más Allá de las Flores: Prioricemos la salud mental materna”, explica las razones por las que se debe trabajar el tema a profundidad.
Santo Domingo.- La dirigente juvenil, Yanibel Mesa Gómez, llamó este día a través de un articulo a priorizar la salud mental de las madres dominicanas, al entender que el tema tiene un vacio y falta de intereses en la sociedad.
En su escrito titulado “Más Allá de las Flores: Prioricemos la salud mental materna”, explica las razones por las que se debe trabajar el tema a profundidad.
A continuación el artículo integro: Más Allá de las Flores: Prioricemos la salud mental mat
Mayo es sinónimo de Madres, si bien es cierto que el día de las madres debe ser los 365 días, la tradición en la República Dominicana y otros países es celebrar el día de las madres el último domingo de mayo, momento en que se aprovecha para regalar flores, electrodomésticos y un sin número de regalos a esos seres queridos.
Otros aprovechan para llevar desayunos a la cama y homenajes públicos a las madres, esto ya es costumbre y no deseo que cambie, pero quiero hacer un llamado especialmente a los esposos, familiares y cualquier persona cercana de esas mujeres madres que pudieran estar manejando una carga emocional invisible. La maternidad, aunque llena de amor, también puede venir acompañada de tristeza, ansiedad, agotamiento físico y mental y un profundo sentimiento de soledad.
El pasado 1 de mayo se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental Materna, una fecha que urge a mirar más allá del gesto simbólico y a reconocer que el bienestar emocional de las madres es un pilar fundamental de la salud pública y un derecho humano inalienable. Sin embargo, en nuestro país este derecho sigue siendo vulnerado sistemáticamente, con grandes vacíos en atención, educación y acompañamiento.
Conforme a datos citados por el psiquiatra Vicente Santana, entre un 50 % y un 80 % de las mujeres experimenta tristeza después del parto, y entre un 10 % y un 20 % desarrolla depresión posparto. Aun así, menos del 25 % recibe atención psicológica adecuada. Esta brecha se debe a múltiples factores: miedo al juicio social, normalización del sufrimiento materno, desconocimiento de los síntomas y, sobre todo, una grave omisión del Estado en garantizar servicios de salud mental accesibles, integrales y culturalmente sensibles desde la atención primaria.
Hay que reconocer que la sociedad cada día va normalizando la importancia de la atención en salud mental, todavía existe muchos prejuicios acerca de la psicología y la psiquiatría, se resalta el trabajo de la Asociación Dominicana de Psicología Perinatal (ADPP) y la Sociedad Dominicana de Medicina Perinatal, pero estas entidades no tienen un alcance masivo, ya que la prevención y atención de la salud mental es una responsabilidad estatal, sobre todo priorizando las comunidades y sectores más vulnerables. En muchos centros de salud pública del país, una madre puede acudir a múltiples chequeos prenatales sin que se le pregunte, ni una sola vez, cómo se siente emocionalmente.
Esta invisibilización de la salud mental materna no solo perpetúa el sufrimiento de las mujeres, sino que también compromete el bienestar de sus hijos e hijas, de sus familias y, por ende, del país. La salud mental materna no es un lujo: es un derecho. Un derecho que debe ser garantizado por políticas públicas concretas, presupuesto asignado, capacitación del personal sanitario, y redes de apoyo comunitarias sostenibles.
Es urgente que el Estado incluya la salud mental perinatal en la atención primaria de salud, esto como forma de acercar los servicios a la comunidad, se debe normalizar en las mujeres embarazadas y las maternas el seguimiento psicológico, sobre todo en las madres primerizas. Si tenemos madres emocionalmente sanas, tendremos hijos más saludables y por ende una mejor sociedad.
Por eso, este mes de las madres, el llamado es urgente y claro:
¡No más flores sin derechos! ¡No más homenajes sin acción!
Queremos flores, sí, pero también respeto, amor y cuidado emocional.
Por Yanibel Mesa Gómez,
Psicóloga Clínica