Las tripulaciones de los sistemas de misiles antiaéreos Buk-M2 del Distrito Militar Sur de Rusia protegen de los ataques aéreos enemigos a las unidades que combaten durante la operación especial en Ucrania, según un reportaje del Ministerio de Defensa ruso que publicó cuáles son los pasos que siguen las dotaciones para derribar objetivos aéreos.

El sistema de defensa aérea coloca los misiles en la posición de lanzamiento, el radar escanea el sector de vuelo asignado.

Luego, desde el puesto de mando llega la orden para destruir un blanco aéreo, o sea, un vehículo aéreo no tripulado enemigo.

Como regla general, se gasta un misil para impactar en el objetivo, aunque los objetos especialmente grandes y de alta velocidad, como los misiles Tochka-U, son la excepción, precisa el reportaje.

“Destruimos cualquier objetivo aéreo, excepto satélites. Desde la detección hasta el derribo podemos tardar unos 10 segundos”, explicó un oficial frente al panel de control del sistema, filmado durante el reportaje.