El presidente lanza un claro mensaje a los aspirantes del oficialismo: bajen el tono electoral y enfóquense en gobernar
Santo Domingo. – En un movimiento que sacudió las aguas del oficialismo, el presidente Luis Abinader lanzó a inicios de este mes un firme llamado de atención a los precandidatos presidenciales del Par…
Santo Domingo. – En un movimiento que sacudió las aguas del oficialismo, el presidente Luis Abinader lanzó a inicios de este mes un firme llamado de atención a los precandidatos presidenciales del Partido Revolucionario Moderno (PRM), exhortándolos a poner freno a sus intensas actividades proselitistas mientras aún ocupan cargos públicos.
La advertencia del mandatario provocó un viraje inmediato: los siete aspirantes a la nominación presidencial se vieron obligados a bajar el perfil de sus campañas internas, tras semanas de una intensa agenda de mitines, caravanas y actos políticos, algunos con tintes de precampaña anticipada.
“El Gobierno no puede ser plataforma de promoción personal”, habría sido el mensaje implícito del jefe de Estado, según fuentes cercanas al entorno político del PRM.
Tensión creciente por uso del poder para hacer campaña
Previo al llamado de Abinader, los escenarios políticos del PRM parecían una pista de despegue electoral: actos multitudinarios, caravanas con recursos públicos en juego, y un uso constante de la visibilidad oficial para posicionar aspiraciones. Esto provocó fuertes críticas tanto desde dentro como fuera del partido, con acusaciones de ventaja institucional y utilización de funciones estatales con fines personales.
El alboroto político no pasó desapercibido. Las imágenes de funcionarios en pleno activismo fueron el caldo de cultivo para denuncias sobre confusión entre Estado y partido, un tema que el presidente —quien ha insistido en la institucionalidad como una bandera de su gestión— no estaba dispuesto a tolerar.
¿Disciplinamiento o contención temporal?
Aunque el mensaje logró reducir el bullicio interno, analistas consideran que este “alto en seco” podría ser temporal, en tanto se define el calendario político oficial y se establecen reglas claras para la contienda interna del PRM.
Por ahora, la señal enviada desde el Palacio Nacional es contundente: “Primero se gobierna, luego se compite”. Resta por ver si los aspirantes acatarán esta línea con disciplina o si volverán a encender motores en cuanto baje la presión presidencial.