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El País

Familiares de Francisco Alberto Caamaño Deñó exigen esclarecer muerte

Familiares del coronel y presidente constitucional de la República Dominicana, Francisco Alberto Caamaño Deñó, exigieron este jueves el esclarecimiento de su muerte, luego de que recientemente la Junta Central Electoral (JCE) certificara que se trató de un “homicidio”.

Redacción Telenoticias • December 22, 2022 3:25 pm
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Familiares del coronel y presidente constitucional de la República Dominicana, Francisco Alberto Caamaño Deñó, exigieron este jueves el esclarecimiento de su muerte, luego de que recientemente la Junta Central Electoral (JCE) certificara que se trató de un homicidio.

«Es un crimen de Estado. Y si es un crimen de Estado, nosotros tenemos que establecer quiénes fueron, cómo fue y qué se hizo para que eso sucediera, porque esto es una cuestión histórica y un deber que tenemos», expresaron los parientes del militar dominicano, que se destacó por su liderazgo en la Revolución de Abril de 1965.

Indicaron que la revelación de la acta de difusión numero 496-2022SAUT245 emitida por el juzgado de primera instancia de San José de Ocoa, abre las puertas para comenzar hacer una investigación sobre el fallecimiento Caamaño Deñó.

A Caamaño lo fusilaron el 16 de febrero de 1973 en la loma de Nizaíto, en la Horma de San José de Ocoa. Fue agarrado herido tras un enfrentamiento con miembros del Ejército. Se dice que al día siguiente desaparecieron sus restos.

Los guerrilleros que acompañaron a Caamaño procedentes de Cuba y que desembarcaron en la noche del 3 de febrero, fueron Hamlet Hermann Pérez, Alfredo Pérez Vargas, Claudio Caamaño Grullón, Ramón Euclides Holguín Marte, Juan Ramón Payero Ulloa, Toribio Peña Jáquez, Mario Nelson Galán Durán, Heriberto Giordano Lalane José. Se transportaron en un pequeño barco al que llamaron Black Jak.

Pisaron tierra dominicana por la playa Caracoles en la provincia de Azua, en el sur, con la intención de iniciar un frente guerrillero contra el gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer.

Su compañero de expedición Hamlet Herman sustentó la tesis de que después de fusilado el coronel líder de la Revolución de Abril en la montaña de Nizaíto de San José de Ocoa, el teniente Ejército, Juventino Matos, recibió ordenes de rociar gasolina al cadáver e incinerarlo y al día siguiente los huesos que el fuego no devoró fueron introducidos en fundas plásticas y trasladados a la Base Aérea de San Isidro en un helicóptero.