Haití: Pandilla hace amenazas que ponen a prueba al gobierno
Un punto muerto entre una poderosa asociación de pandillas y el gobierno de Haití está poniendo a prueba el poder de ambas partes y amenaza con descarrilar aún más un país paralizado donde millones de personas luchan para conseguir combustible y agua.
SAN JUAN, Puerto Rico — Un punto muerto entre una poderosa asociación de pandillas y el gobierno de Haití está poniendo a prueba el poder de ambas partes y amenaza con descarrilar aún más un país paralizado donde millones de personas luchan para conseguir combustible y agua.
Un expolicía que encabeza una alianza de pandillas conocida como “G9 y Familia” ha propuesto su propio plan para el futuro de Haití —incluso aspirando a escaños en el Parlamento—, al tiempo que demanda que el gobierno del primer ministro Ariel Henry otorgue amnistía y anule órdenes de arresto contra los miembros del grupo, una demanda que hasta ahora no ha tenido respuesta.
A mediados de septiembre, una pandilla rodeó una importante terminal de combustible para demandar la renuncia de Henry y protestar por el alza en los precios del energético luego de que el primer ministro anunció que su gobierno no podía subsidiar más los hidrocarburos.
Ese paso, junto con miles de manifestantes que han bloqueado las calles en la capital, Puerto Príncipe, y otras ciudades importantes, han causado una escasez importante, forzando a los hospitales a recortar servicios, las gasolineras a cerrar y los bancos y tiendas de comestibles a reducir sus horarios.
En un video publicado recientemente en Facebook, el líder de G9 y Familia, Jimmy Cherizier, conocido como “Barbecue”, leyó una propuesta de plan para estabilizar Haití que incluye la creación de un “Consejo de Sabios”, con un representante de cada uno de los 10 departamentos del país.
La asociación de pandillas demanda además posiciones en el gabinete de Henry, de acuerdo con el director de la Comisión Nacional de Desarme, Desmantelamiento y Reintegración, que habló el jueves a la radioemisora Magik 9.
“Es un síntoma de su poder, pero también un síntoma de que pudieran temer lo que se avecina”, opinó Robert Fatton, un experto en política haitiana en la Universidad de Virginia, sobre las demandas de la pandilla.
Henry y 18 miembros de su gabinete pidieron la semana pasada el despliegue de fuerzas extranjeras en el país para suprimir la violencia y poner fin al bloqueo de combustible, una propuesta que aún no ha sido analizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, que se reúne el lunes.
La asociación de pandillas, que ha abrumado a un departamento policial carente de personal y recursos, casi seguramente teme el potencial despliegue de soldados especializados armados, añadió Fatton.
“Están tratando de conseguir el mejor acuerdo posible mientras tienen la ventaja hasta cierto punto”, agregó.
Las demandas pandilleras no son nada nuevo en Haití y los grupos se han vuelto más poderosos desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
Pero esas amenazas han sido sofocadas rápidamente anteriormente con la ayuda de las fuerzas de paz de la ONU, recalcó Fatton.
Luego de una revuelta en 2004 que derrocó al presidente Jean-Bertrand Aristide, el entonces presidente Réné Préval ordenó en 2006 a las pandillas que entregaran sus armas. Al inicio lo hizo pacíficamente, pero al no conseguir resultados, Préval las amenazó.