CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Las autoridades se apresuraban este martes a evacuar áreas bajas y establecer albergues mientras que el “extremamente peligroso” huracán Willa, con vientos de 230 kilómetros por hora (145 mph), se encaminaba a tocar tierra hoy por la tarde en una franja de la costa mexicana del Pacífico llena de centros turísticos, playas de surf y pueblos pesqueros.
Más al sur, funcionarios mexicanos reportaron el lunes por la noche 12 muertes relacionadas co los aguaceros de la tormenta tropical Vincent.
Willa alcanzó brevemente la categoría 5, pero entonces perdió algo de fuerza y volvió a la categoría 4. Pero el Centro Nacional de Huracanes en Miami advirtió que la tormenta aún muy probablemente llevaría “marejadas, vientos y lluvias peligrosos para la vida” a partes del suroeste y el centro-oeste de México.
Trabajadores protegieron ventanales en hoteles y las autoridades ordenaron el cierre de las escuelas en áreas bajas en las que pueblos y campos de cultivo yacen entre el mar y lagunas.
Al aproximarse Willa, antes del anochecer ya habían comenzado las primeras evacuaciones de algunas zonas costeras en dos estados del Pacífico, de donde se preveía mover entre 7,000 y 8,000 personas, la mayoría en el de Sinaloa.
Un total de 19 municipios _siete de este estado y 12 del vecino Nayarit_, fueron declarados en situación de “emergencia extraordinaria” por la Secretaría de Gobernación.
Willa, que se prevé toque tierra el martes por la tarde o la noche, representa una amenaza para un sector de complejos hoteleros, playas y las poblaciones pesqueras. Algunos de los hoteles comenzaron a prepararse resguardando las ventanas con cinta adhesiva y quitando de las zonas más vulnerables todo material que pudiera convertirse en un proyectil por la acción de los vientos.
Militares y efectivos de la Marina recorrían el lunes con megáfonos algunas de las zonas donde se esperaba un impacto más fuerte, como el área costera de Teacapán, en el municipio de Escuinapa, en Sinaloa, instando a la población a que acudiera a un sitio seguro.
El alcalde de esta localidad, Enrique Moreno, estimaba que debían ser evacuadas entre 6.000 y 7.000 personas, y subrayó la importancia de seguir las indicaciones de los equipos de rescate por la seguridad de todos, aunque la gente fuera reacia a dejar sus viviendas. Para atenderlos se han habilitado 14 albergues.
Octavio Hernández, trabajador de un hotel de Teacapán, explicó vía telefónica que los pocos huéspedes que quedaban saldrían el martes temprano, y que los cinco empleados tienen pensado refugiarse en el sótano. Él decidió sacar a su familia.
“Mi mujer y mis dos hijos ya se han ido a casa de familiares a Mazatlán”, dijo, una ciudad más grande que también se prepara para la embestida pero donde el impacto del huracán se prevé menor.
Con población de unas 500,000 personas, Mazatlán es un popular destino turístico que alberga a muchos expatriados estadounidenses y canadienses y ahí la situación no era tan crítica, pero como prevención también se habilitaron algunos albergues, dijo su alcalde José Joel Boucieguez.
Las autoridades estarán especialmente pendientes de la situación de una docena de colonias populares situadas en las zonas más bajas. Además, se prevé limpiar algunas zonas de manglares para permitir que el agua fluya mejor, agregó el alcalde.
Yamile Bustamante, asistente de la gerencia del Crown Plaza de Mazatlán, no descartaba que comenzara a evacuarse a los turistas, aunque aclaró que estaban esperando instrucciones de las autoridades.
Se pronostica que Willa pase sobre o cerca de las islas Marías, un archipiélago ubicado a unos 90 kilómetros (60 millas) de la costa que alberga una reserva natural y una prisión federal, para el martes por la mañana, antes de tocar tierra por la tarde o noche a lo largo de una sección de 220 kilómetros (140 millas) que va desde Mazatlán hasta la ciudad de San Blas.
Aunque la fuerza de sus vientos se debilitó ligeramente y se prevé que esta tendencia continúe hasta el martes por la noche tras tocar tierra, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos advirtió que su impacto seguía pronosticándose como “extremadamente peligroso”.
El presidente Enrique Peña Nieto anunció vía Twitter la instalación del Comité Nacional de Emergencias el lunes por la tarde para salvaguardar a la población que pueda verse afectada tanto por el huracán como por la tormenta tropical Vicente.
Según los datos de Protección Civil de Oaxaca, hasta el lunes por la noche Vicente había provocado 12 muertes, cinco de ellas de menores. La zona más afectada fue la sierra que separa Oaxaca de Veracruz y, en concreto, el municipio de San Pedro Ocotepec, donde fallecieron seis personas, dos mujeres y cuatro menores, sepultadas por un alud. El resto perdió la vida por deslizamientos de tierra o arrastrados por el agua.
La previsión del Centro Nacional de Huracanes era que Vicente se debilite pronto, pero todavía podía ser peligrosa y generar fuertes lluvias y deslaves en las zonas montañosas.
El gobierno de Sinaloa suspendió las clases el lunes en la región costera y el de Nayarit en todo el estado, al tiempo que comenzaron a acondicionar los albergues de emergencia antes de la llegada de la tormenta.
Javier Bañuelos, del servicio de Bomberos y Protección Civil de Nayarit, dijo que el lunes en la tarde se había ordenado la evacuación de poco más de un millar de personas de distintos poblados en torno a Playa Novillero, e indicó que las autoridades todavía evalúan si será necesario algún tipo de evacuación en San Blas, más al sur.
El lunes por la noche, Willa se ubicaba unos 140 kilómetros (85 millas) al suroeste de las Islas Marías y 310 kilómetros (195 millas) al suroeste de Mazatlán. Se movía hacia el norte a 15 km/h (9 mph).
Sus vientos con fuerza de huracán se extendían 55 kilómetros (35 millas) de su ojo y los de tormenta tropical se alargaban hasta 205 kilómetros (125 millas).
El Centro de Huracanes indicó que es probable que Willa arroje de 150 a 300 milímetros (6 a 12 pulgadas) de lluvia en el oeste de los estados de Jalisco y Nayarit y el sur del de Sinaloa, mientras que algunos lugares podrían recibir hasta 450 milímetros (18 pulgadas). También advirtió del peligro de las inundaciones repentinas y aludes en las zonas montañosas.