BAGDAD (AP) — El número de fallecidos por un catastrófico incendio en la víspera el ala para pacientes con coronavirus de un hospital en el sur de Irak subió a 64 personas el martes, dijeron funcionarios de salud.
Más de 100 personas más resultaron heridas en el fuego que arrasó el ala para pacientes con coronavirus del hospital docente al-Hussein, en la ciudad de Nasiriyah, explicaron dos funcionarios.
Los angustiados familiares seguían buscando rastros de sus seres queridos el martes en la mañana entre los restos de las calcinadas mantas, y pertenencias dentro de los arrasados restos del pabellón. Se encontró el ennegrecido cráneo de una paciente muerta.
Muchos lloraban abiertamente, con ira, culpando tanto al gobierno provincial de Dhi Qar, donde está Nasiriyah, como al federal de Bagdad por años de mala gestión y negligencias.
“Todo el sistema estatal ha colapsado, ¿y quién pagó el precio? La gente de aquí. Esta gente ha pagado el precio”, dijo Haidar al-Askari, que estaba en el lugar del incendio.
Durante la noche, bomberos y rescatistas — muchos de ellos solo con linternas y usando mantas para sofocar los pequeños fuegos que seguían ardiendo algunas zonas — trabajaron sin descanso para registrar el edificio en la oscuridad. Al amanecer, los cadáveres cubiertos con sábanas, yacían tendidos en el exterior del centro.
Las autoridades habían explicado antes que las llamas estuvieron causadas por un cortocircuito, pero no ofrecieron más detalles. Otro funcionario dijo que el fuego comenzó tras estallar un tanque de oxígeno. Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a reporteros.
El nuevo pabellón, inaugurado hace apenas tres meses, contaba con 70 camas.
El primer ministro, Mustafa al-Kadhimi, presidió una reunión de emergencia tras el incidente y ordenó la suspensión y el arresto del director de Salud de la provincia de Dhi Qar, donde está Nasiriyah, así como del director del hospital y del responsable de protección civil en la ciudad. Además, se ha abierto una investigación gubernamental.
En Najaf, una ciudad próxima y un lugar sagrado para los chiíes, los dolientes se preparaban para enterrar a algunas de las víctimas.
Esta fue la segunda vez que un gran incendio mata a pacientes de COVID-19 en un hospital iraquí este año. En abril, al menos 82 personas fallecieron en el hospital Ibn al-Khatib de Bagdad tras la explosión de un tanque de oxígeno, que causó un incendio.
Aquel incidente sacó a la luz la negligencia generalizada y la mala administración sistemática de los hospitales iraquíes. Los médicos han denunciado la laxitud de las medidas de seguridad, en especial las relativas a los tanques de oxígeno.
Irak sufre otra grave oleada de COVID-19. La tasa diaria de contagios alcanzó la semana pasada un máximo de 9.000 nuevos casos. Tras décadas de guerra y sanciones, el sector sanitario iraquí ha tenido problemas para contener el virus. Más de 17.000 personas de los 1,4 millones de casos confirmados, fallecieron desde el inicio de la pandemia.