La escena que casi le cuesta la vida a Michael J. Fox durante el rodaje de Volver al futuro
Durante el rodaje de Volver al futuro III, Michael J. Fox, quien interpretaba al carismático Marty McFly, estuvo cerca de perder la vida en una escena que, en principio, parecía no tener demasiado pel…
Durante el rodaje de Volver al futuro III, Michael J. Fox, quien interpretaba al carismático Marty McFly, estuvo cerca de perder la vida en una escena que, en principio, parecía no tener demasiado peligro.
Según reseña Far Out, la escena en cuestión, que transcurre en el Viejo Oeste de 1885, muestra a Marty siendo colgado por Buford “Mad Dog” Tannen, el villano interpretado por Thomas F. Wilson. Lo que debía ser solo una parte de la historia, en la que el protagonista lucha por su supervivencia, se convirtió en una experiencia de vida o muerte para Fox.
El rodaje de esta escena de ahorcamiento comenzó de manera estándar, como lo indican muchas escenas peligrosas en el cine.
En primer lugar, se optó por utilizar un doble de riesgo para las tomas generales de la escena, en las que el rostro de Marty no era necesario para la toma. Esto era una medida estándar de seguridad, dado que los actores deben estar protegidos durante las escenas de alto riesgo.
Sin embargo, para las tomas en primer plano, donde se requería mostrar la expresión de Fox, se decidió que lo haría él mismo.
En principio, las medidas de seguridad parecían estar cubiertas: el actor estaba parado sobre una pequeña caja, lo que le permitía mantener los pies en el suelo mientras se simulaba que estaba suspendido por la cuerda.
Según Collider, sin embargo, el problema surgió cuando Fox, en un intento por hacer la escena más realista, sugirió que podría intentar colgarse de la cuerda sin el apoyo de la caja.
Tras algunos ensayos, que aparentemente fueron bien, la producción dio el visto bueno para continuar con la grabación de la escena.
Durante la tercera toma, el actor cometió un error de cálculo al ajustar la posición de sus manos, lo que provocó que la cuerda apretara demasiado, bloqueando su flujo sanguíneo a través de la arteria carótida.
Como resultado, en cuestión de segundos, perdió el conocimiento y comenzó a balancearse inconsciente al final de la cuerda.
Lo que ocurrió después es casi una historia de supervivencia cinematográfica real. Como Fox narró más tarde en su autobiografía Lucky Man: A Memoir, en la que detalló la experiencia, se estaba balanceando sin poder reaccionar: “Me balanceé, inconsciente, al final de la cuerda durante varios segundos antes de que Bob Zemeckis, aunque fan de mí, se diera cuenta de que ni siquiera yo era tan buen actor”.
La intervención del director Zemeckis, que había estado observando la toma desde un monitor, fue crucial para evitar lo peor. El director, al notar que algo no estaba bien, ordenó inmediatamente que Fox fuera liberado de la cuerda.
Si no hubiera intervenido a tiempo, el actor podría haber sufrido daños cerebrales graves debido a la falta de oxígeno o, en el peor de los casos, haber muerto.
Afortunadamente, la rápida reacción del equipo de producción evitó una tragedia, pero la experiencia dejó una huella en Fox.
A lo largo de los años, el actor ha hablado abiertamente de cómo este accidente le hizo cuestionarse si el daño sufrido en ese set pudo haber tenido algo que ver con el diagnóstico de Parkinson que recibiría en 1991, a la edad de 29 años.
En su autobiografía, Fox mencionó que los primeros síntomas de la enfermedad, que comenzaron con un movimiento involuntario en su dedo meñique, coincidieron con el rodaje de la película.
Aunque los médicos nunca confirmaron una relación directa entre el accidente y la enfermedad, Fox ha reconocido que este incidente fue uno de los momentos que más preocupó a sus médicos en cuanto a la causa de sus síntomas.
De hecho, tras el diagnóstico, el actor se retiró parcialmente de la actuación, y aunque continuó trabajando, se vio obligado a reducir sus apariciones en pantalla debido al deterioro de su condición.
Este incidente también pone de manifiesto que la industria del cine no está exenta de riesgos, en particular en la filmación de escenas de acción.
Aunque se toman muchas precauciones para proteger a los actores a lo largo de los años, los accidentes siguen siendo una posibilidad constante.