Magistrado Rafael Báez dice: “Se debe invertir más en prevención que en la creación de cárceles”
Considera que la denominada “ficha delictiva” es un recurso inconstitucional que no permite la rehabilitación de los privados de libertad ni la reinserción social que se procura
Por Wendy Santana
Habla inglés, francés e italiano, algo que en el sistema judicial es una perla de diamante ante los homólogos que solo conocen las leyes, la necesidad de aplicarlas y, sobre todo, de cumplir con el principio de la justicia, tal como se observa en la figura emblemática femenina del equilibrio.
Con su participación en la administración del sistema penitenciario dominicano, el magistrado Rafael Báez hace honor a la diosa griega Temis, aplicando el símbolo universal de la imparcialidad, la equidad y la autoridad de la ley, tal como lo aprendió de su madre.
La balanza del equilibrio, cruzada por la espada que representa la fuerza y el poder de hacer cumplir la ley con una venda que no distingue raza, religión, estatus social ni nivel de implicación o relaciones con las autoridades, es la carta de presentación de este juez que hoy entrevistamos.
Egresado de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA) de la carrera de Derecho, cuenta ya con una amplia trayectoria judicial, desde Juez de Paz Especial de Tránsito, de Instrucción, Liquidador de Sala Penal, de la Ejecución de la Pena hasta miembro del Tribunal Superior Administrativo.
Su jurisdicción es la Primera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional. Su enfoque, la protección del principio de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, lo que aplica también en su cátedra de Derecho Penitenciario en la Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ) y Escuela Nacional del Ministerio Público (ENMP).
A nivel externo es miembro de la Asociación Internacional de Derecho Penal de Francia, colaborador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en temas penitenciarios, secretario general adjunto de la Comisión para la Actualización de las Reglas Mandela (ONU), y autor del libro “La Ejecución de la Pena”.
El debate de “Entre Periodistas”
A continuación el resumen de la participación del doctor Rafael Báez en el debate “Situación de las Cárceles Dominicanas y el Proyecto de Reforma del
Sistema Penitenciario Dominicano”, realizado por el programa “Entre Periodistas” en Telesistema el pasado domingo.
¿Qué es el “trato digno” en una cárcel y por qué es importante proteger los derechos humanos de quienes han cometido crímenes y delitos?
Más allá de ser un derecho constitucional, el trato digno es una herramienta de rehabilitación. Al mostrar respeto a los reclusos, se les da la oportunidad de reconectar con los valores sociales y romper con el ciclo delictivo. Proporcionarles un ambiente humano mientras cumplen las condenas por sus acciones, es la única vía para que los prisioneros aprendan a vivir en libertad y a respetar la libertad de los demás.
Existen quejas sobre el tratamiento infrahumano en las prisiones ¿Cuál es la solución propuesta para que esto cambie?
Despoblar las cárceles en lugar de construir más, es la mejor opción, liberando a enfermos y reclusos con delitos menores. También una refundación total del sistema, creando un cuerpo de custodia especializado y profesional, y designando a personas competentes en los puestos de poder. En esencia, la solución no es solo una cuestión de leyes o de dinero, sino de una férrea voluntad política para aplicar el cambio.
¿Qué problemas específicos enfrenta el sistema judicial dominicano y cuáles son los más urgentes de resolver?
Las condiciones de hacinamiento, insalubridad y mala nutrición. Yo lo defino como un “holocausto penitenciario”. Es que el problema es de alimentación, de hacinamiento, de insalubridad generalizada, de personas que tienen septicemia, que están ahí dentro en contacto con los demás. Es un tema de inadecuadas instalaciones sanitarias, de mala infraestructura, de faltas personal especializado. El principal desafío es adecentar las cárceles, humanizarlas, dotarlas de los profesionales que necesita y, sobre todo, reducir la población privada de libertad.
Hablemos de protocolos. Existe alguno para manejar a las personas en prisión ¿Cuáles son esos protocolos y qué falta para que se apliquen?
Bueno, aquí en República Dominicana no hay protocolo en estos momentos. No hay una forma clara, rápida y eficiente de diferenciar entre delincuentes que realmente tienen un problema de salud mental y aquellos que fingen uno para evadir la justicia. Tampoco para separar a las personas por delitos cometidos o por posibilidad de rehabilitarse. Eso hay que hacerlo.
¿Qué sugiere usted para que esto se resuelva lo antes posible ya que se ha identificado como una necesidad básica?
Refundir el sistema es lo primero. Crear un cuerpo de custodia especializado, independiente de la Policía y el Ejército Nacional, porque estos no están preparados para asumir esa función. Luego despoblar las cárceles. En lugar
de construir más recintos es mejor liberar a personas mayores, enfermos y a aquellos que están en prisión por delitos menores. Se necesita mayor voluntad política para reformar y modernizar el sistema y crear un Ministerio de Justicia. Esto ayudaría a fortalecer el sistema y a desconcentrar las funciones del Ministerio Público.
¿Cómo califica la justicia los argumentos de algunos acusados de que se les metió el Diablo, que no sabía lo que hacía o que no recuerdan nada?
Es normal que ese tipo de situaciones suceda en el ámbito penitenciario. Debemos comenzar por decir que desde la Constitución Dominicana (Artículo 38), hasta “Las reglas Mandelas”, los tratados internacionales y las decisiones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el tema penitenciario, contemplan estos episodios. El principio de “trato digno” incluye los casos de salud mental. La República Dominicana, lamentablemente, no tiene un sanatorio psiquiátrico penitenciario ni una matrícula de psiquiatras suficiente para atender estos casos.
Insistimos en el tema de “trato digno” que se plantea que haya en las cárceles. ¿Esto incluye borrar sus fichas delictivas de los expedientes?
Realmente el problema no es tan simple y debe prestársele la atención que merece. Estamos hablando de personas que están ahí segregadas de la sociedad por un tiempo, pero que de algún modo volverán. Hay que tratar de que no retornen con nuevas capacidades para seguir delinquiendo o con otras patologías desarrolladas en la vida intramural. Esto es mucho peor y más preocupante. Lo ideal sería que se apliquen los protocolos que mencionamos. Nos referimos al expediente judicial, el expediente social, el expediente familiar y el expediente médico. Y respecto a las fichas estas son ilegales.
¿Entonces las fichas no deben ponerse? Esto es una noticia que favorecería a muchos …
Las fichas son ilegales. La ley no establece que haya que fichar a los ciudadanos. Eso es trujillismo, es inconstitucional y ha sido sancionado por varias sentencias del Tribunal Constitucional Dominicano desde el año 2013. Cuando una persona sale antes de tiempo significa que se aplicó un mecanismo de ejecución penal que se llama permiso, medio libre o libertad condicional. Cumplió la pena. Entonces, no se trata de que el sistema de justicia es benévolo, es que una persona que pasa por el tapiz de la ejecución ya cumplió. No podemos enseñar a vivir en libertad a nadie encerrado. Hay que darle una oportunidad. O sea, que si delinque de nuevo hay dos teorías: Falló el ciudadano o falló el sistema de corrección. Se lo dejo a su criterio.
¿Entonces el principio de las cárceles es sólo corregir conductas?
El encierro y la cárcel están concebidas para corregir conductas. La teoría del delito, que es un método secuencial clasificatorio que establecieron los alemanes, cuando define el término delito habla de la palabra conducta. Dice:
“es una acción típica, antijurídica y culpable”. Y para retener un delito a una persona se necesita una conducta. O sea, que la teoría del delito parte de la conducta humana. Entonces ese obrar humano en el mundo penitenciario es necesario que sea monitoreado, que tenga un seguimiento adecuado de los profesionales de esas áreas que están ahí dentro. Pero nosotros en realidad no contamos con eso en nuestro sistema penitenciario.
¿Cuántas personas privadas de libertad hay en RD que requieren de reinserción en la sociedad?
Vamos a decir que cerca de 28 mil personas, focalizadas en distintas cárceles. Pero esto tiene solución. La solución es la voluntad para resolverlo, aplicar la ley y hacer lo que dice la Constitución de la República. Primero comenzar por una reingeniería o una refundación de la estructura penitenciaria reduciéndolas al mínimo, acatar las recomendaciones internacionales de trato digno en procura de la rehabilitación del prisionero, y por último y lo más importante es la prevención. Invertir en esto más que nada.
¿Cómo se crearían las condiciones para que las personas no delincan?
Desde afuera en la justicia, la prevención, con todo judicializado. Evitar la prisionización masiva separando los enfermos mentales, ancianos y personas discapacitadas de otras que se desenvuelven mejor. La creación de un Ministerio de Justicia favorecería el fortalecimiento del sistema penitenciario en República Dominicana. Todo va a depender de la voluntad y la decisión y los proyectos que tengan las personas que van a ocupar esas posiciones, porque si va a ser más de lo mismo para seguir como está funcionando hasta ahora, no creo que vayamos a tener éxito. Necesitamos de algún modo rediseñar el andamiaje penitenciario que hemos tenido, porque la verdad es que nosotros en materia penitenciaria hemos fracasado.